Premio nobel desnuda FMI, BM,OMC y su estrategia,
Hacia adonde vamos? por
Greg Palast * |
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En este reportaje imperdible a un técnico del FMI se
describe nuestra historia, pasado, presente y ¿futuro?
Nota a Joseph Stiglitz: EL ACTUAL GANADOR DEL PREMIO
NOBEL EN ECONOMIA |
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"Han condenado a muerte a
la gente", el ex-tecnócrata me dijo. Era como una
escena de una novela de espías. El brillante agente
deserta, pasa para nuestro lado, y después de horas
de interrogación, vacía su memoria de los horrores
cometidos en nombre de una ideología política que
ahora él mismo reconoce como podrida.
Sin embargo, aquí en mi presencia, tenía una presa
mucho más grande que cualquier espía de la Guerra
Fría. Joseph Stiglitz fue Economista en Jefe del
Banco Mundial. En gran parte, el nuevo orden mundial
económico es su teoría hecha realidad.
"Interrogué" a Stiglitz durante varios días, en
la Universidad de Cambridge, en un hotel en Londres
y finalmente en Washington D.C., en Abril de 2001,
durante la gran confabulación del Banco Mundial
y del Fondo Monetario Internacional. Pero en lugar
de encabezar las reuniones de ministros y banqueros,
Stiglitz fue exiliado detrás de los cordones policiales,
lo mismo que las monjas portando una gran cruz de
madera, que los líderes sindicales de Bolivia, que
los padres de víctimas de SIDA y otros tantos en
contra de la globalización. El principal agente
interno estaba ahora afuera.
En 1999, el Banco Mundial echó a Stiglitz. No le
fue permitido jubilarse, me han dicho que el Secretario
del Tesoro de los EEUU, Larry Summers, ordenó una
excomunicación pública debido a que Stiglitz había
expresado su primer ligero desacuerdo a la globalización
al estilo del Banco Mundial.
Aquí en Washington, completamos las últimas horas
de entrevistas exclusivas para "El Observador" y
"Newsnight" de la BBC de Londres, con respecto al
funcionamiento real, generalmente oculto, del FMI,
el Banco Mundial y del accionista principal del
Banco Mundial (con un 51%), el Tesoro de los EEUU.
Y aquí, a través de fuentes que no puedo revelar
(no fue Stiglitz), obtuvimos valiosos documentos
marcados con las palabras "confidencial," "restringido"
y "no revelar sin autorización del Banco Mundial".
Stiglitz nos ayudó a traducir uno escrito en "burocratés",
titulado "Estrategia de Asistencia de País".
Hay una Estrategia de Asistencia para cada nación
pobre, diseñada, dice el Banco Mundial, después
de una cuidadosa investigación interna del país.
Sin embargo, según Stiglitz, las "investigaciones"
de los empleados del Banco, consisten en cuidadosas
inspecciones a los hoteles de cinco estrellas de
la nación. Concluyen con un encuentro entre estos
empleados del Banco y algún mendigante y quebrado
ministro de economía a quien le entregan un "acuerdo
de reestructuración," preparado de antemano para
su firma "voluntaria".
La economía de cada nación es analizada individualmente
y, en seguida, dice Stiglitz, el Banco entrega a
cada ministro el mismo programa de cuatro pasos.
El Paso Uno es La Privatización - lo cual Stiglitz
dice que se puede llamar con más precisión, "la
sobornización". En lugar de oponerse a la venta
de industrias estatales, me dijo que los líderes
nacionales - usando como excusa "las exigencias
del FMI" - liquidan alegremente sus empresas de
electricidad y de agua. "Podías ver cómo se les
abrían los ojos" ante la posibilidad de una "comisión"
del 10%, pagada en cuentas Suizas, por el simple
hecho de haber bajado "unos cuantos miles de millones"
del precio de venta de los bienes nacionales.
Y el gobierno de los EEUU lo sabía, denuncia Stiglitz,
por lo menos en el caso de la "sobornización" más
grande de todas, la "venta por liquidación" Rusa
de 1995. "La visión del Tesoro de los EEUU fue que
eso era fabuloso en tanto que Yeltsin fuera reelegido.
No nos importa si es una elección corrupta. Queremos
que el dinero vaya a Yeltzin", a través de aportes
para su campaña. Stiglitz no es ningún loco murmurando
una teoría conspirativa.
El hombre estaba dentro del juego, fue miembro del
gabinete de Bill Clinton como Jefe del Consejo Presidencial
de Consultores Económicos.
Lo que más enferma a Stiglitz es que los oligarcas
rusos respaldados por los EEUU, devastaron las industrias
del país con el resultado de que el esquema de corrupción
bajo el la producción rusa a la mitad, causando
depresión y hambruna.
Después de la "sobornización", el Paso Dos del plan
"siempre la misma receta" del FMI/Banco Mundial
es "La Liberalización del Mercado de Capitales".
En teoría, la desregulación del mercado de capitales
permite que la inversión de capital entre y salga.
Desafortunadamente, como pasó en Indonesia y Brasil,
el dinero simplemente salió y salió. Stiglitz llama
a esto el ciclo de "Dinero Caliente". Dinero en
efectivo entra especulando con bienes raíces y moneda
local y se escapa ante los primeros problemas (capitales
golondrina). Las reservas de una nación pueden ser
vaciadas en cuestión de días u horas. Y cuando esto
pasa, el FMI insiste en que estas naciones suban
sus tasas de interés a 30%, 50% y 80% para seducir
a los especuladores y que regresen con los fondos
de la nación.
"El resultado era predecible", dice Stiglitz con
respecto a los maremotos de Dinero Caliente en Asia
y América Latina. Las altas tasas de interés destruyeron
el valor de la propiedad, despedazaron salvajamente
a la producción industrial y vaciaron las arcas
del tesoro nacional.
En esta etapa, el FMI empuja a la exhausta nación
al Paso Tres: "Precios regulados por el Mercado",
un término sofisticado para subir los precios de
la comida, agua y gas de cocina. Predeciblemente
esto da lugar a un Paso Tres-y-Medio: lo que Stiglitz
llama los "Disturbios del FMI".
Los disturbios del FMI son dolorosamente predecibles.
Cuando una nación está "caída y en desgracia, (el
FMI) se aprovecha y le exprime hasta la última gota
de sangre. Incrementa el calor hasta que, finalmente,
la olla entera explota", como cuando el FMI eliminó
los subsidios a la comida y combustibles para los
pobres de Indonesia en 1998. Indonesia estalló en
disturbios. Pero hay otros ejemplos - los disturbios
bolivianos por los precios de agua el año pasado
y este febrero, los disturbios en Ecuador por los
incrementos en los precios del gas natural impuestos
por el Banco Mundial. Da la impresión de que el
disturbio forma parte del plan.
Y así es. Lo que no sabía Stiglitz es que, mientras
estuvieron en los EEUU, la BBC y el Observador consiguieron
varios documentos internos del Banco Mundial, marcados
como "confidencial," "restringido," y "no revelar".
Tomamos uno: la "Estrategia Interina de Asistencia
de País," para Ecuador. En él, el Banco afirma varias
veces - con fría precisión - que se esperaba que
sus planes iban a dar chispa a "disturbios sociales",
lo que es su término para una nación en llamas.
Eso no es sorprendente. El reporte secreto indica
que el plan para hacer del dólar de los EEUU la
moneda de Ecuador ha empujado al 51% de la población
por debajo de la línea de pobreza. El plan de "Asistencia"
del Banco Mundial simplemente recomienda que se
enfrenten las protestas civiles y el sufrimiento
con "firmeza política" y precios aún más altos.
Los disturbios del FMI (y por disturbios me refiero
a protestas pasivas dispersadas por balas, tanques
y gas lacrimógeno) causan, debido al pánico, nuevas
salidas del capital, además de gobiernos en bancarrota.
Sin embargo, este incendio económico tiene un lado
positivo - para las corporaciones extranjeras, quienes
pueden adquirir los bienes restantes, tal como una
concesión minera o puerto, a precios de remate.
Stiglitz hace notar que el FMI y el Banco Mundial
no son tan "desalmados". Para algunos financistas,
no siempre aplican estrictamente la "economía de
mercado". Al mismo tiempo que el FMI frenaba los
"subsidios" a la compra de comida, se ablandaba
con los financistas de Indonesia. "Cuando los bancos
necesitan ser rescatados, la intervención en el
mercado es bienvenida". El FMI logró encontrar,
con sudor y lágrimas, decenas de miles de millones
de dólares para salvar a los financieros de Indonesia,
y por extensión, a los bancos de los EEUU y Europa
a los cuales ellos les habían pedido prestado.
Aquí se ve un "modus operandi". Hay muchos perdedores
en este sistema pero claramente un solo ganador:
los bancos occidentales y el Tesoro de los EEUU,
quienes ganan buena plata de este nuevo remolino
de capital internacional. Stiglitz me contó de su
infeliz reunión, al comienzo de su carrera en el
Banco Mundial, con el entonces nuevo Presidente
de Etiopía, elegido en la primera elección democrática
de esta nación. El Banco Mundial y el FMI ordenaron
a Etiopía colocar el dinero de ayuda en una cuenta
de reserva en el Tesoro de los EEUU, recibiendo
un patético 4% de interés, mientras que la nación
pedía prestados dólares a los EEUU al 12% para alimentar
a su población. El nuevo presidente rogó a Stiglitz
permitirle utilizar el dinero de ayuda para reconstruir
la nación. Pero no, el botín se fue directamente
a la caja fuerte del Tesoro de los EEUU en Washington.
Ahora llegamos al Paso Cuatro de lo que el FMI y
el Banco Mundial llaman su "estrategia de reducción
de la pobreza": el Libre Comercio. Eso quiere decir
el libre comercio según las reglas de la Organización
Mundial de Comercio y del Banco Mundial. Stiglizt
compara este libre comercio al estilo de la OMC
con las Guerras del Opio. "Esas guerras fueron para
la apertura de mercados", dijo. Como hicieron en
el siglo XIX, los Europeos y Americanos hoy todavía
están derrumbando las barreras a la importación
en Asia, América Latina y Africa y, a la vez, están
levantando barreras propias para proteger a sus
mercados internos contra la agricultura del Tercer
Mundo. En las Guerras del Opio, el Occidente utilizó
bloqueos militares para forzar la apertura de mercados
para su comercio ventajista. Hoy en día, el Banco
Mundial puede ordenar un bloqueo financiero igualmente
eficaz - y a veces igualmente mortal.
Stiglizt es particularmente sensible respecto al
tratado de la OMC sobre los derechos de propiedad
intelectual (con la sigla "TRIPS" que en inglés
se traduce como "TROPEZAR"). Es aquí, dice el economista,
donde el nuevo orden mundial ha "condenado a muerte
a la gente" por imponer tarifas y tributos imposibles
de pagar a las industrias farmacéuticas por patentes
medicinales. "A ellos no les importa si la gente
vive o muere", dijo el profesor, hablando de las
corporaciones y los préstamos del banco con quien
él trabajó.
Y de paso, no se confunda por la mezcla en este
artículo del FMI, el Banco Mundial y la OMC. Son
máscaras intercambiables de un solo sistema de gobierno.
Ellos se han atado uno al otro en lo que desagradablemente
se llaman, "gatillos". Aceptando un préstamo del
Banco Mundial para una escuela, se "gatilla" el
requerimiento de aceptar todas las "condiciones"
- de las cuales hay en promedio 111 por nación -
impuestos por el Banco Mundial y el FMI. De hecho,
dijo Stiglitz, el FMI requiere a las naciones aceptar
políticas de comercio más exigentes que las reglas
de la OMC.
La preocupación más grande de Stiglitz es que los
planes del Banco Mundial, diseñados en secreto y
manejados por una ideología absolutista, nunca están
abiertos a discusión o desacuerdo. A pesar del apoyo
de Occidente hacia las elecciones a través del mundo
en desarrollo, los llamados Programas de Reducción
de la Pobreza, "sabotean la democracia."
Y, además, no funcionan. La productividad de Africa
Negra, bajo la "asistencia" estructural del FMI,
ha descendido hasta el infierno. ¿Alguna nación
se salvó de este destino?... Sí, dijo Stiglitz,
identificando a Botswana. ¿Su truco mágico?: "Ellos
ordenaron al FMI hacer las valijas e irse."
Entonces miré a Stiglitz. Bien, señor profesor-demasiado-inteligente,
¿como ayudaría ud. a las naciones en desarrollo?.
Stiglitz propuso reformas agrarias radicales, un
ataque al corazón del "terratenientismo", a las
usureras rentas mundialmente cobradas por las oligarquías,
típicamente 50% de la cosecha del campesino. Tuve
que preguntar al profesor: dado que ud. era el economista
principal del Banco Mundial, ¿porque no seguían
sus consejos?
"Si uno desafía (a los terratenientes), habría un
cambio en los poderes de las élites. Eso no está
primero en su agenda". Evidentemente no.
Al final, lo que le empujó a poner su empleo en
riesgo fue el fracaso de los bancos y del Tesoro
de los EEUU para cambiar el rumbo cuando se enfrentaban
a la crisis - fracasos y sufrimiento perpetrado
por sus "cuatro pasos" de mambo monetarista. Cada
vez que sus soluciones de mercado libre fracasaban,
el FMI simplemente ordenaba más políticas de mercado
libre.
"Es un poco como las sangrías en la edad media,"
me relató Stiglitz, "Cuando el paciente se moría
decían: bueno, pasó que nos apuramos a detener el
desangramiento, todavía le quedaba un poco de sangre."
De mis conversaciones con el profesor concluí que
la solución a la pobreza y crisis mundial es simple:
saquen a los chupa-sangres.
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Una versión de este artículo fue publicado bajo
el título "Los Cuatro Pasos al Infierno del FMI"
en "The London Observer" (Londres) en abril y otra
versión en la revista "The Big Issue" - que los
pobres de la calle venden en las plataformas del
subterráneo de Londres. La revista "The Big Issue"
ofreció igual espacio al FMI, sobre lo cual el portavoz
principal escribió: "... encuentro imposible responder
dada la profundidad y ancho de los chismes y desinformación
en el reportaje (de Palast)."
Por supuesto que fue difícil para el portavoz responder.
La información (y documentos) provenían de la rebelión
de los descontentos dentro de su propia agencia
y del Banco Mundial. |
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*Greg
Palast es un reportero premiado, escribe "Dentro
de la América Corporativa" para el "London Observer"
y "Newsnight" de la BBC de Londres.
Pueden ver sus artículos en http://www.gregpalast.com/
Tomado de EcoPortal.net
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