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¿Cuántas veces, al sentir un olor procedente de la cocina, quizás de algo que se estaba cociendo en el horno, se ha encontrado reviviendo alguna escena de su infancia? Tal vez ese aroma le traía recuerdos de la cocina de su madre o de su abuela. El sentido del olfato está estrechamente relacionado con nuestra parte emocional. A menudo, un determinado aroma origina un torrente de emociones y uno se ve arrastrado por ellas, incluso antes de que la mente tenga tiempo de revivir las escenas relacionadas con dichas emociones. La aromaterapia es el uso de esencias y aceites esenciales para la relajación, la curación, el culto y la oración, y también para atraer el amor. Emplea perfumes, inciensos, aceites, maderas o lociones. La historia de la aromaterapia se remonta a los romanos, griegos, egipcios e incluso a pueblos anteriores. Los aromas constituyen un poderoso aliento para elevar la espiritualidad, aguzar el conocimiento psíquico, estimular los recuerdos del pasado (buenos y malos) y favorecer un descanso reparador.
En la actualidad, la aromaterapia emplea principalmente aceites esenciales. Seguramente habrá oído hablar de ellos y, con toda probabilidad, los habrá visto en las tiendas de productos naturales. Pero ¿qué son exactamente los aceites esenciales? Un aceite esencial es la sustancia aromática que se produce de un modo natural en las plantas. Es lo que da a las rosas y al ajo ese olor tan característico. Los aceites esenciales embotellados son productos destilados a partir de sustancias vegetales naturalmente aromáticas (como hojas o pétalos). Para complicar un poco más la cosa, supongamos que usted coge un frasco en cuya etiqueta se lee "aceite de jazmín". Eso no significa que sea un aceite esencial, sino que es una fragancia que ha sido elaborada en un laboratorio mediante la mezcla de productos químicos apropiados para reproducir el olor del jazmín. No es aceite esencial del jazmín. La mayor parte de los aceites que vemos en las tiendas son sintéticos. Sus propiedades aromáticas son buenas, pero si empleamos aceites sintéticos para beneficiarnos de sus propiedades terapéuticas no obtendremos los resultados deseados, puesto que no están refinados utilizando flores o plantas auténticas. La belleza y lo maravilloso de los auténticos aceites esenciales es que proceden de las plantas, y que estas plantas están en contacto directo con la Tierra. La energía del sol, los nutrientes del suelo y el agua de la lluvia resuenan en la esencia del aceite. Todos estos elementos han trabajado juntos para crear algo natural. Nosotros, como seres humanos, también somos parte integrante de la Tierra y resonamos con las mismas vibraciones. Así pues, cuando empleamos auténticos aceites esenciales, se crea una relación vibracional y espiritual entre nuestra propia energía y la que ha sido condensada de la planta. La fusión de las dos energías es lo que hace que tengan lugar cambios en nuestro organismo y nuestra psique. En los años treinta, un médico inglés llamado Edward
Bach creyó que si se corregía el desequilibrio emocional
de los pacientes, las defensas naturales del organismo para resistir a
las enfermedades se incrementarían. Las esencias no deben usarse
para dolencias físicas específicas, sino para estados mentales
y anímicos. Bach extrajo aceites de treinta y ocho flores de plantas,
arbustos y árboles no venenosos, y los probó para estudiar
sus efectos sobre el estado de ánimo. El resultado de sus trabajos
se conoce como la Terapia Floral de Bach. Cada tipo de esencia se emplea
para tratar un específico estado mental o emocional. Estas esencias florales no son nocivas ni crean hábito, y no se les conoce efectos secundarios. Han sido empleadas para modificar estados de ánimo caracterizados por sentimientos de miedo, preocupación, ira y depresión, los cuales pueden llegar a provocar enfermedades o impedir una recuperación normal. Las esencias trabajan sobre la vertiente emocional de la persona enferma y la ayudan a transformar las actitudes negativas en positivas. Una actitud positiva permite que el cuerpo se defienda mejor de las enfermedades físicas y alivia el estrés emocional. Las esencias florales de Bach pueden adquirirse en muchas tiendas de productos naturales. Además, en el mercado existen muchos libros y folletos que explican de modo detallado qué tipo de esencia conviene a cada persona. Algunos de estos folletos incluyen un pequeño cuestionario que permite determinar cuál es la esencia más adecuada para cada caso. Flores frescas Tanto si las compra como si las coge usted mismo, trate siempre las plantas y las flores con el máximo respeto. Forman parte de la Tierra. Cuando las contemple, ya sea en un jarrón o en el campo, recuerde la grandeza de la naturaleza. Las plantas poseen el mismo tipo de energía que tenemos en nuestros organismos. Las plantas perciben la energía que viene de nosotros y disfrutan de las vibraciones que les transmitimos, de la misma manera que los niños se desarrollan mejor cuando sus padres les brindan amor y cuidados y no se limitan a alimentarlos o a llevarlos y traerlos de la escuela y las actividades extraescolares. Las flores que son muy olorosas deben cortarse antes del amanecer, momento
en que su volumen del aceite esencial es mayor. Sin embargo, algunas flores,
como el jazmín, exhalan mayores cantidades de perfume por la noche,
así que pueden cogerse a esa hora. Hojas Es mejor coger y emplear las hojas de algunas plantas, como la albahaca y el romero, cuando aún están tiernas. En algunos mercados de frutas y verduras se pueden encontrar tiestos con plantas vivas o metidas en agua para garantizar su frescura. Trate las hojas de la misma manera que las flores frescas, como hemos descrito antes, y colóquelas en agua fresca. Un sencillo jarrón le servirá. Sustituya las hojas a medida que se vayan marchitando. Flores secas, semillas y maderas El uso de flores secas, semillas y maderas requiere un poco más de cuidados que el simplemente poner las flores en un jarrón. Para que las especias y semillas más aromáticas, como el clavo y la canela, liberen su aroma, aplástelas ligeramente en un mortero. En el caso de las hojas y flores secas, aplástelas suavemente con las manos. Lávese las manos antes de hacerlo para eliminar los aceites naturales de su propio cuerpo y evitar que se mezclen con la auténtica esencia de las flores. Las maderas, como el sándalo y el cedro, generalmente son muy aromáticas cuando están en piezas enteras, pero a veces necesitan un poco de ayuda. Si constata que el aroma no es lo suficientemente fuerte, pase un poco de lija por la madera. Unos cuantos segundos de lija serán suficientes para que liberen todo su aroma. Aceites esenciales El uso de aceites esenciales auténticos puede resultar costoso, así que hágalo con moderación. Quizás quiera probar las esencias embotelladas. Ponga dos o tres gotas en un algodón e inhale. Si no tiene algodón, puede emplear un pañuelo limpio, pero ¡asegúrese de que no ha sido lavado con un detergente perfumado! De lo contrario, corre el riesgo de que se mezclen los olores del jazmín y de su detergente habitual. ¡Lo que ciertamente no es una buena combinación! Un buen truco es lavar un pañuelo con un jabón no perfumado, poner unas gotas del aceite en una esquina y llevárselo a la nariz. He aquí otras maneras de usar aceites:
Ésta es una manera estupenda de que el aroma se reparta por todo su hogar. Vigile el quemador para evitar que el aceite o el agua se evaporen y el recipiente y los pétalos de flor se quemen. Las bolas de cera perfumada o las flores secas en agua se usan como alternativa a los aceites esenciales. Aros vaporizadores: Son unos aros de metal que se colocan en la parte superior de las bombillas. En el interior hay una ranura donde se vierte el aceite esencial. Coloque el aro sobre la bombilla de cualquier lámpara de la habitación en la que vaya a pasar un rato. Al encender la bombilla, se calentará en aceite y el aroma se repartirá por toda la habitación de una manera muy suave. Baños: Aquí pueden presentarse algunos problemas, porque no todos los aceites pueden usarse directamente sobre la piel. Algunos aceites de cítricos (naranja, melisa) y de especias fuertes (clavo, canela, nuez moscada) pueden irritar gravemente las membranas mucosas y la piel en general, y ocasionar quemaduras y picores. Antes de comprar un aceite esencial para baño, lea atentamente las propiedades que figuran en la etiqueta. Asegúrese de que puede usarlo directamente sobre la piel o bien pregunte a alguien que sepa del tema acerca de su toxicidad y efectos. Quiero aclarar que los aceites a los que me refiero no son los especialmente preparados y anunciados para baños y duchas. Mis advertencias hacen referencia a los auténticos aceites esenciales que no están diluidos ni reproducidos químicamente. Una vez que haya elegido un aceite, añada de seis a diez gotas
al agua caliente para un baño aromático y relajante. Eche
las gotas de una en una o vierta el aceite suave y lentamente para evitar
que se evapore con rapidez al contacto con el agua caliente. Le recuerdo
que, a fin de evitar cualquier posible problema de la piel, debe comprobar
las propiedades del aceite. La salvia es un buen ejemplo de lo que acabo de decir. Es una planta que se usa habitualmente en la cocina, pero contiene una sustancia tóxica llamada tuyona, que es dañina si se emplea como aceite esencial. También son peligrosos la artemisa, el hinojo, la mejorana, el poleo y algunos otros aceites esenciales. Las embarazadas, de manera especial, deben tener mucho cuidado con los aceites esenciales. Es importante recordar los siguientes puntos: Si decide emplear aceites esenciales para un tratamiento de aromaterapia,
es indispensable que se familiarice con el aceite que ha decidido usar,
puesto que determinados aceites son peligrosos y deben ser evitados del
todo o usados con precaución. Sobre todo tenga presente que los
aceites esenciales no deben ingerirse. ¡Esté embarazada o
no! Aceites esenciales que pueden producir reacciones alérgicas Albahaca: No debe ingerirse en forma de aceite. Los aceites esenciales, si se emplean de un modo inteligente, constituyen una manera agradable de curar o cambiar nuestras vidas, al mismo tiempo que se disfruta de las maravillosas y abundantes fragancias de la naturaleza. Incienso ¡Ah, mi favorito! Ahora parece que en todas venden incienso, desde tiendas especializadas hasta droguerías. El incienso se presenta en forma de conos, varillas o granos sueltos. Los conos y varillas se encienden y se dejan arder hasta que la punta se pone roja (incandescente), entonces se apaga suavemente la llama. Los granos de incienso se colocan sobre una pastilla de carbón en un plato y se encienden. En mi opinión el incienso es una de las formas más fáciles y baratas de disfrutar de todos los efectos beneficiosos de la aromaterapia. Los aceites esenciales tal vez resulten costosos, pero si se tiene cuidado, sus efectos pueden ser duraderos, aunque los emplee de vez en cuando. Las flores frescas son relativamente baratas, especialmente si las coge usted mismo, pero si quiere emplear flores más perfumadas, también puede salir caro. En cambio, las varillas de incienso y los conos son sumamente baratos. Los granos cuestan un poco más. Una varilla o un cono de incienso pueden permanecer encendidos durante quince o veinte minutos, pero el aroma dura bastante más tiempo. Existen en el mercado inciensos de casi todas las fragancias de la naturaleza, además de muchas combinaciones asombrosas y exóticas. La aromaterapia es un método terapéutico sumamente personal. A cada flor, semilla, madera, hierba y hoja que hemos mencionado se le atribuyen determinadas propiedades terapéuticas, físicas y sensoriales, pero tenga presente que no actúan sobre todas las personas de la misma manera. Nuestro sentido del olfato es muy personal y está íntimamente relacionado con nuestros recuerdos, tanto conscientes como inconscientes. Lo que a una persona le puede resultar relajante, a otra le puede parecer
emocionalmente irritante. Experimente con diferentes aromas. En muchos
lugares donde se venden aceites hay frascos de muestra para que el público
los pruebe. Pero no los huela sólo en el frasco. Póngase
unas gotas de aceite en la cara interior de la muñeca, de este
modo se mezclará con los aceites de su cuerpo y tendrá una
sensación más auténtica del efecto al contacto con
su piel, y de cómo le afecta física y emocionalmente. Pruebe
los aceites y note sus efectos, emocionales y físicos. ¿Son
agradables? ¿Le despiertan ciertos sentimientos o recuerdos? ¿Se
siente en paz? ¿Hacen que su corazón palpite más
deprisa? ¿Le dan náuseas? ¿Le recuerdan las zapatillas
de lona de los gimnasios o, por el contrario, el olor de la tierra después
de una buena tormenta?
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