¿Qué hay detrás de ese sentimiento de vacío que nos incomoda tanto?
El vacío emocional esconde tras de sí la esclavitud, el anhelo, secuestro emocional,la tristeza y la necesidad. Son sensaciones de sentimientos encontrados, de dudas, de cansancio, de desgana y de falta de inquietud.
Pero, ¿por qué nos sucede esto? La respuesta es simple: no nos conocemos bien. A lo largo de nuestra vida nos tomamos poco tiempo para valorar qué necesitamos, cómo nos sentimos, adónde queremos llegar y qué estamos dispuestos a hacer para ello.
No es que nos tengamos que plantear qué pasa en nuestra vida, sino quiénes somos en realidad. Y, sabiendo esto, deberíamos dejar de pensar que nuestra identidad es querer ser personas altas o guapas que tengan un puñado de ilusiones.
La idea es que dejemos a un lado los planteamientos erróneos y que nos definamos en el momento actual. Es decir, quiénes somos, qué somos y qué estamos haciendo hoy. De nada nos sirve decirnos: “Quiero ser médico”, “encontraré al amor de mi vida”, “aspiro a ser madre”, “voy a triunfar con mi idea de negocio”, etc.
Porque eso nos sigue dejando igual de vacíos, llenos de anhelos y sin identidad. Es entonces cuando nos damos cuenta de que el precio que hay que pagar por nuestro desconocimiento es altísimo. Seremos un número más de la población mundial, un médico más, una madre más, un amor más, un emprendedor más…
"En definitiva, cuando falla nuestro YO, se produce el vacío emocional. Simplemente, todo se convierte en meras etiquetas, en parches que tapan nuestras heridas y en vendas que impiden ver a nuestros ojos".
¿Qué puede ayudarnos cuando nos sentimos vacíos?
Si tuviésemos que elegir un adjetivo para definir el vacío emocional, el más adecuado sería “insoportable”. Es insoportable, porque nos recuerda que necesitamos algo que no conseguimos determinar.
Podemos intentar completarnos comiendo demasiado, buscando un gran amor, bebiendo alcohol, machacándonos en el gimnasio o cargando nuestra agenda. Sin embargo, ese insufrible sentimiento de “necesito algo pero no sé qué es” sigue ahí, al acecho.
Sin duda, el vacío determina nuestra vida y nuestro bienestar, haciendo que se balancee la arquitectura que mantiene nuestras emociones.Algunos expertos vinculan este sentimiento con la depresión, aludiendo a una “desconexión cerebral” que se produce entre el sistema límbico y el prefrontal
La lucha contra el vacío no es fácil. Parece que gran parte de las emociones y sensaciones más negativas que existen se han puesto en nuestra contra, aliándose para acabar con nosotros.
Sin embargo, siempre podemos decidir si cogemos las riendas de nuestra vida y comenzamos a definir lo que nos inquieta o seguimos en un barco a la deriva, en una marea de incertidumbre y de dolor.
Cada uno tiene que bucear en su interior e intentar encontrar la clave de lo que le provoca la sensación de vacío. No hay fórmulas mágicas ni remedios infalibles. La solución está dentro de cada uno y, por lo tanto, solo depende de uno mismo llegar a la costa de la verdad.
El autoconocimiento emocional, la clave de la plenitud
“Conocer a bien a los otros es inteligente, conocerse bien a uno mismo es sabiduría”
Einstein
Dejar de sentir un hueco en nuestro interior es algo que se consigue trabajándonos y cuidando nuestras fortalezas y nuestras debilidades.
Conocernos a nosotros mismos es fundamental para todo en nuestra vida. Lo que ocurre es que no nos permitimos el lujo de saborear nuestras emociones ni de reconocer sus ingredientes, descuidando todo lo que nos pueden aportar.
Sin embargo, si nos paramos a experimentar lo que ocurre en nuestro interior, lograremos ver que nuestras emociones y nuestras necesidades se muestran en diferentes planos, tan sutiles como necesarios.
Al fin y al cabo, como dijo Terry Neill, el cambio es una puerta que solo puede abrirse desde dentro.

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