Es muy frecuente que las mujeres elijan hombres creyendo que podrán cambiarles con su Amor, lo cual nunca sucede. Más bien se enganchan a una dinámica de rechazo y no aceptación que socava la relación. Otras veces sufren muertes lentas detrás de una esplendorosa fachada. Cuando una mujer se da cuenta de lo atrapada que está puede buscar una salida. Atrapada tanto por una fuerza exterior como por una interior, por ella misma. Lo peor es ser la propia “carcelera”, el asumir el desvalimiento y participar en la propia destrucción. Es un momento crítico en el que puede tomar la decisión de poner fin a esa situación, y para ello necesita conectar energía masculina, una energía con movimiento y dirección que la ayudará a conseguir lo que se proponga.
Las mujeres deben aprender y esmerarse en elegir y relacionarse con sus amigos o amantes. Muchas veces la mujer transfiere su fuerza y poder en nombre del Amor, y esa clase de “Amor” destruye la conexión con la fuerza femenina. Es preciso entonces recuperar aspectos que se habían depositado en el otro, como la fortaleza o la seguridad. Las mujeres deseamos un encuentro profundo e íntimo, y a menudo nos desgastamos y vaciamos de nosotras mismas. Nos entregamos al Amor sin saber que para entregarse primero se ha de ser dueña de sí misma. La mujer necesita un amigo que también esté conectado con su corazón, que la respete profundamente, que preste apoyo a esa fuerza genuina femenina. Un verdadero amigo del alma.
La Mujer Salvaje desea un compañero que sea como ella, que se le pueda igualar. Si las mujeres quieren que los hombres las conozcan de verdad tienen que enseñarles un poco de sabiduría profunda. Muchas mujeres se han cansado de tratar de enseñar a hombres que no quieren aprender. Ahora bien, cuando ellos están dispuestos es el momento de revelarles porque su alma lo demanda.
Para ganarse el corazón salvaje de una mujer el compañero tiene que comprender la doble naturaleza de ella, sus dos polaridades, el masculino y el femenino. Cuando una mujer desarrolla únicamente uno de las dos polaridades esta desequilibrada, lo que le impide el acceso a su fuerza interior. Generalmente la mujer busca su parte masculina en el hombre, con lo cual deposita su fuerza y dirección lejos de ella. Ahora bien, esta doble naturaleza de las mujeres cuando están unidas en la conciencia y funcionan de manera integrada proporcionan un enorme poder.