Chamanismo curativo
y chamanismo esencial
Al chamanismo se le identifica con lo que es la curación, porque
normalmente se ha orientado y se ha explicado de esa manera. Chamán
es el que cura problemas, normalmente de tipo físico, con hierbas,
con rezos, con cantos. En la selva hay muchos chamanes que a través
de sus rezos y de sus cantos ayudan a sanar la enfermedad física
de las personas que ante él acuden. Sin embargo eso no es el
chamanismo esencial. El chamanismo antiguamente fue practicado por una élite sacerdotal
y lo que conocemos como chamanismo, sobre todo en Perú, después
de quinientos años, no es el chamanismo auténtico, porque
este chamanismo está desprovisto, de lo que es el trabajo de
autodescubrimiento. Podríamos decir que el chamanismo que se
practica ahora es como la medicina oficial, donde el paciente va al
médico para que le solucione el problema y el doctor intenta
solucionarle su afección a través de unas sustancias químicas
sin llegar a la esencia de la enfermedad.
Nosotros nos hemos desarrollado, sobre todo en el área de la
tecnología, sin embargo, habiendo médicos ocupados en
la sanación del cuerpo físico, no existe hasta estos momentos
lo que podríamos llamar una panacea. Unas fórmulas que
nos ayuden realmente a sanar. Y parece curioso que mientras más
pasa el tiempo y más pasan los años en nuestra vida, más
deteriorados estamos y se deteriora rápidamente nuestro organismo
por la calidad de vida, nuestra alimentación, nuestros hábitos.
Algunos beben mucho alcohol, otros fuman, otros tienen un mal uso de
la sexualidad, otros respiran un aire contaminado, otros contaminan
su mente, sus emociones, sus palabras. Todas estas acciones o consecuencias
que están en el ambiente aceleran obviamente nuestro proceso
hacia la enfermedad.
Los tres niveles de autodescubrimiento
En el trabajo del autodescubrimiento debemos saber que el hombre, de
acuerdo a la concepción Andina, tiene tres niveles, para poder
tener la oportunidad de descubrirse: el primer nivel que se llama Hanan
Pacha o un mundo espiritual; el segundo nivel o Cay Pacha, el mundo
del aquí y ahora, de los pensamientos y los actos volitivos de
la vida diaria; y un tercer nivel, el Ucu Pacha, que es el nivel denso,
el nivel del Ego.
Entender y conocer esto es muy importante en la visión chamánica.
El chamán sabe que existen esos tres mundos, externamente y también
internamente.
El chamán moderno, se quedo en el mundo del Cay Pacha, es decir,
el mundo del aquí y del ahora, de los problemas cotidianos y
de los problemas físicos, pero no aborda el tema de fondo. Se
quedó en el Cay Pacha. Tampoco tiene un gran conocimiento de
lo que es el mundo del Hanan Pacha o mundo espiritual .
Cuando uno entra a estudiar y a trabajar con el chamanismo, nos da
una visión que nos permite el conocimiento de otro tipo de energía.
Percibir el aura, por ejemplo, ya no es una cuestión extraordinaria
sino más bien ordinaria cuando se está trabajando con
el chamanismo. Ocurre como con la sociedad tibetana donde se habla tranquila
y alegremente sobre cuestiones de reencarnación. Es algo cultural.
Y en chamanismo también es algo cultural hablar de las energías.
Las energías que curan, las energías que enferman. Pero
otra cosa distinta dentro de lo que es el contexto chamánico
es el Espíritu y los diferentes niveles espirituales. Otra cosa
también es el abordaje que se hace a los diferentes elementos
o departamentos de nuestro subconsciente para descubrir al Ego. Entonces
esto es lo que ya no existe en el chamanismo moderno, ya no existe la
parte superior de la espiritualidad.
Buda y Cristo practicaban el chamanismo esencial
El chamanismo esencial va mucho mas allá de lo que es una acción
de sanar, de curar el cuerpo físico. Podría decir sin
temor a equivocarme, por ejemplo, que el príncipe Gautama Sakyamuni,
el Buda, era un chamán. Su labor la enfocó realmente a
lo que es el autodescubrimiento. El propio Jesús, el Cristo,
su actitud, su trabajo, era eminentemente chamánico. El trabajo,
la obra que le enseña Krishna a Arjuna es chamánico también.
El trabajo del propio Krishnamurti, también es un trabajo chamánico
en el sentido de que es un camino que nos permite lo que es el autodescubrimiento.
La espiritualidad no solo está ligada a la idea del Espíritu,
a la propia palabra del Espíritu, ni tampoco a la adquisición
de ciertas facultades para percibir la energía o tener cierta
intuición ante ciertos eventos. Podríamos decir que eso
son los rudimentos de lo que podría ser una espiritualidad exitosa
en la vida del hombre. Entonces, es en el chamanismo esencial donde
nosotros podemos encontrarnos a nosotros mismos.
Ante el Dalai Lama, una vez denunciamos y ante la comunidad internacional,
que en el budismo se presentan muchos monjes budistas con altos grados
como los Tulkus o los Rimpoches y no todos son Tulkus o Rimpoches, o
en todo caso hay muchos niveles. Los más importantes Rimpoches
y Tulkus -maestros de la tradición tibetana-, son muy pocos.
Y contados con los dedos de la mano todavía sobrarían
dedos.
El propio Dalai Lama ha dicho: Bueno está bien la liturgia,
está bien el ritual, pero no olvides el trabajo interno que está
pendiente por realizar . El trabajo interno en el budismo está
orientado a lo que es el conocimiento de Mara (Mara es el Ego) y el
desarrollo del Bodhichitta (el desarrollo de un conocimiento compasivo).
Esa es la esencia del Budismo y también es la esencia del chamanismo.
Esto me parece una audaz aclaración de lo que es en verdad el
trabajo interno.
Los chamanes y los maestros trabajan en realidad mucho por el tema
psicológico, por el tema de la meditación y también
existe el tema ritual y litúrgico.
Chamanismo rudimentario
He conocido chamanes, que por ejemplo trabajan con plantas sicointegradoras,
que están dedicados completamente a hacer daño a otras
personas o chamanes, por ejemplo, construyen muñecos o entran
en un estado ampliado de conciencia y se conectan con el cuerpo astral
de la persona y les dicen cosas al oído y qué sé
yo... Hay toda una serie de prácticas de esa naturaleza y obviamente
entre este tipo de chamanes hay peleas, hay encuentros, hay ataques
y ellos están todo el día con la mente en la magia negra,
en los ataques .
Hay historias que realmente son muy curiosas. Historias de ser observados
y escuchados por otros chamanes, pero una se da cuenta en realidad que
eso es un nivel muy rudimentario de lo que es el chamaanismo.
Y caen en las redes de ese chamán las personas que le dan poder,
porque ese chamán no tiene poder. En todo caso su pensamiento,
su ilusión y su acción vienen orientados desde lo que
es la estructura del Ego, de la cual el chamán no sabe nada.
No tiene ningún conocimiento acerca de lo que es la verdadera
acción del Ego en el alma humana, en la mente, en la palabra,
en las emociones y en las acciones. Esto es muy importante entenderlo,
así desmitificamos también un poco el tema de que cualquier
persona con plumas o con un tambor en la mano es un chamán, y
puede serlo, pero hay diferentes tipos de chamanes.
Después fue también alternado con un chamanismo que curaba
enfermedades a diferencia del brujo de magia negra. Este chamanismo
era una chamanismo curador, el chamán sanaba a través
de las plantas de poder, a través de las hierbas, un hombre con
energía, agradable, pero también podía observar
que no existía allí un conocimiento de lo que puede ser
y de lo que puede suceder cuando uno entra o está en contacto
con otras energías espirítales y tampoco había
un conocimiento verdadero.
En Norteamérica, los pieles rojas, nuestros hermanos Sioux y
todas las sociedades que estuvieron de alguna manera en ese proceso
de invasión, han denunciado que hubo una gran contaminación
a través del alcohol y esto sucedió también en
Sudamérica. Entonces se han adquirido costumbres que no existían
realmente en aquella época, es decir, algo sucedió en
las esferas chamánicas y ese algo fue precisamente que abandonaron
el autodescubrimiento, abandonaron el trabajo psicológico y espiritual,
porque el trabajo psicológico y espiritual requieren de un esfuerzo
y para lanzarnos a la búsqueda del autodescubrimiento y a tocar
otras esferas espirituales, necesitamos energía y si no tenemos
energía, no tenemos esa pasión con la cual investigar
y hacernos acreedores de esos misterios que están en el Universo.
Lo que quiero dejar bien asentado es que hubo un chamanismo de un alto
nivel y que estaba basado fundamentalmente en el autodescubrimiento,
más allá de esas acciones de magia o de brujería
o de hechicería que se practican comúnmente hoy día
y que nada tienen que ver con lo que fue el chamanismo esencial o aristocrático
que existió en las épocas antiguas en todos los confines
del Planeta Tierra.
El Ego analizado desde el Espíritu
El tema del ser humano es un tema de energía y la energía
se la come el Ego. Cuando el Ego no es estudiado de una manera analítica
desde el Espíritu, entonces nuestro anhelo espiritual, como dice
Herman Hesse, será simplemente un ideal antropológico
y no un ideal posible de ser cristalizado y materializado en nuestra
vida diaria.
Entonces, el trabajo del chamanismo esencial no es simplemente para
tener la anécdota de haber estado allí. No, la orientación
que personalmente tengo y que los maestros con los que trabajo me dan,
es precisamente que nosotros tengamos una percepción acerca de
nuestro trabajo espiritual y acerca de aquello que nos resta energía
y que nos corta las fuerzas necesarias en la investigación y
el conocimiento de esa otra parte de nuestro universo que no hemos conocido;
para que de manera conciente y sistemática hagamos de nuestro
trabajo espiritual, nuestro propósito fundamental.
Creo que todos estamos viviendo una época fantástica,
en la que la sicología está uniéndose con el aspecto
espiritual. Actualmente estoy trabajando con Stanislav Grof en una certificación
en Sicología Transpersonal y en Respiración Holotrópica
y realmente hay un equipo interesante de trabajo que hace que sea muy
positivo asistir a un curso de está naturaleza, en el que se
incluye la meditación, por ejemplo. Claro que es un poco difícil
para los profesionales, sicólogos o siquiatras que van a una
certificación y de pronto se encuentran con una práctica
de relajación o de meditación o con que se haga un altar
colectivo. Todas estas cosas chocan y yo lo entiendo, porque está
parte espiritual ha sido cercenada y al ser cercenado todo esto, se
relaciona con la religión, y como de alguna forma nuestra mente
está divorciada de la religión, no quiere saber nada de
altares, ni meditaciones, ni campanas, ni historias de estas. Sin embargo,
he visto entre los profesionales y terapeutas que ya entran a ese nivel
y que ya meditan, que su comprensión de la meditación
y del trabajo sicológico, unido a la espiritualidad, obviamente
es muy amplia y es diferente.
En lo personal me alegro mucho que así esté sucediendo,
porque es la única forma de ir abriéndose paso dentro
de lo que es el mal del hombre que origina el Ego.
Nuestro trabajo es un trabajo espiritual, y desde el Espíritu
vamos al alma y desde el alma vamos a la psiquis. No desde nuestra psiquis
vamos yendo al alma. Definimos con claridad, y está definición
viene precisamente, no sólo de los estudios que yo puedo haber
cursado, sino del maestro que me guía y que es El Águila
Dorada. Y me dice que el hombre es cuerpo, es alma y es Espíritu.
El cuerpo, vaso de alabastro
El cuerpo fue ancestralmente maltratado de alguna manera. Por ejemplo,
en Oriente ha sido subestimado muchas veces, pero sin embargo hay enseñanzas
repartidas en todo el planeta que hablan de lo que es, de la importancia
del cuerpo y de la belleza de nuestro cuerpo físico. El cuerpo,
dice el Águila Dorada, es el templo del Espíritu, es el
vaso de alabastro en el cual arde la llama de prajna. Prajna es Verdad
.
Si ese vaso de alabastro no contiene la Verdad, esa Verdad no puede
ser expresada y tampoco puede ser expandida, porque la Verdad está
llamada a expandirse. La Verdad es el Amor. El Amor está llamado
a cubrir el universo, pero curiosamente mientras no nos demos cuenta,
como seres humanos, que somos nosotros los que tenemos que llamar e
invocar, fabricar, cristalizar esa Verdad y ese Amor y luego proyectarlo,
la Verdad o el Amor no pueden conocerse, no pueden proyectarse, no pueden
operar en la humanidad, porque eso depende de nosotros y no de otras
fuerzas cósmicas.
Nosotros somos antenas cósmicas para recibir información
divina, información espiritual, y difundirla como verdaderas
antenas y entonces de esa forma poder producir mayor inquietud por conocer
el Amor, que es lo que está sucediendo en está Nueva Era.
El alma, recipiente neutro
Lo único y lo más importante en está existencia
es desarrollar el Espíritu, es cristalizar el Espíritu
y es expresar el Espíritu. Pero para expresarlo y desarrollarlo
necesitamos un cuerpo y en este cuerpo nuestro existe un gen. Un gen
que no está activo y que es precisamente el gen que le pertenece
al Espíritu y cuando este gen esté activado, el Espíritu
podrá activarse.
¿Pero qué es lo que no permite que ese gen esté
activado? Aquello que contamina el alma. El alma es otro cuerpo energético,
en el cual está la energía de la mente, la energía
de la emociones y la energía de la acción misma. Es como
un recipiente neutro, creado precisamente para darle vida a este cuerpo
físico, a la mente y a las emociones. Los contenidos mentales
y los contenidos emocionales basados en nuestra experiencia, pueden
ser influenciados por el Ego o por el Espíritu. Desafortunadamente
estamos viendo que han sido influenciados por el Ego. El Ego es el que
enferma y es el que engendra el sufrimiento, es el que contamina nuestro
cuerpo físico y nos resta energía para esa búsqueda
que tenemos que realizar hacia el Espíritu.
Las tres manifestaciones del Espíritu
Hay cuerpo, hay alma y hay Espíritu . Este Espíritu tiene
tres manifestaciones primarias. La primera es la conciencia, es ese
poder que nos permite discernir entre aquello que nos conviene o que
nos construye o aquello que no nos conviene o nos destruye. La segunda
es la intuición, que es ese elemento dentro de la conciencia
que nos otorga la certeza de que algo es verdad. Y la tercera es el
poder de comunión, y es el aspecto que menos conocemos del Espíritu.
El Espíritu también ha sufrido la embestida del Ego.
Podríamos decir que el Espíritu está enfermo, enfermo
no es la palabra adecuada, pero el Espíritu está disminuido.
¿Por qué si al Espíritu se le ha dado tanto Poder,
que es la Verdad, que es Dios, porque no irrumpe con fuerza en nosotros
y de una vez cambia nuestra visión de la viada y nos desconecta
de los apegos, nos desconecta del sufrimiento y nos desconecta del Ego?
Obviamente este Ego no es de hoy, es un Ego milenario y el sufrimiento
y el dolor son muy antiguos, pero también la pugna del Espíritu
por penetrar en nuestra Alma y expresarse en su vaso de alabastro, que
es el cuerpo, ha sido milenaria y aún no ha podido hacerlo en
su totalidad. Pero el Espíritu continúa expresándose.
El Gran Espíritu como fuente de energía renovadora
Hay un cuarto elemento más que no debemos olvidar y que normalmente
se ha olvidado en las tradiciones y consiste precisamente en que ese
Espíritu, que aún no tiene poder para expresarse en su
totalidad necesita volver a las fuentes es decir al Gran Espíritu,
al Gran Océano de la Vida, al Gran Fuego Cósmico, al Fuego
Mayor porque nuestro Espíritu es una chispa ígnea del
Fuego Mayor.
Pero está chispa ígnea al estar tanto tiempo, tantos
siglos, tantos milenios apartada del Fuego Mayor, ha perdido fuerza
y cuando yo hablo de la enfermedad del Espíritu, hablo precisamente
de que nuestro Espíritu ya no tiene la destreza ni la capacidad
de volver a la fuente, a la planta de energía y desde esa planta
de energía regresar renovado para que nosotros continuemos aquí
realizando un trabajo más fecundo en la labor del Espíritu,
en el alma y en este vaso de alabastro o vaso de expresión, que
es el cuerpo.
Este es otro punto que están notando los maestros y que seguirán
notando con más vehemencia cada vez, porque no es suficiente
decir que en nuestro interior está el Espíritu de Dios,
si no que nuestro Espíritu, hoy por hoy, necesita fundirse con
el Gran Espíritu; porque en esa unión del Espíritu
con El Gran Espíritu es como nosotros vamos a adquirir otro tipo
de fuerza, otro tipo de liberación de Energía para nuestro
trabajo interior.
Esto, sin duda, es una técnica antiquísima, es una enseñanza
antigua y está íntimamente ligada a lo que es la unión
y la fusión de nuestro Espíritu Individual con el Espíritu
Cósmico. Nuestro Espíritu individual se renueva, se actualiza,
cobra fuerza y entonces tiene más poder para actuar y poder ganar
más terreno en el alma, en nuestra mente, en nuestras emociones,
en nuestras palabras y acciones; y por tanto, genera también
una sana vibración en nuestro cuerpo físico, por tanto,
si bien es cierto que hoy ya muchos estamos aceptando que Dios está
en nuestro interior, necesitamos ahora una segunda etapa, necesitamos
experimentar ese Dios Interior; y después viene la tercera etapa,
unir nuestro Dios Interior con ese Gran Dios Cósmico, para poder
volver a experimentar esa sana y agradable sensación que es gozar
de una tranquilidad y de un amor y de una paz constantes para renovar
nuestros propósitos en el trabajo Espiritual.
El firme propósito de consagrarse al autodescubrimiento
Tenemos tantas tentaciones en el mundo físico, tantas ocupaciones
o preocupaciones que nos sacan fuertemente de lo que es nuestro propósito
de trabajo interior, pero debemos hacernos un propósito y ese
propósito debe ser inquebrantable.
Si no hay un propósito que nosotros consideremos como algo sagrado,
sepan bien que nos morimos todos sin haber experimentado lo bello, sin
haber experimentado el amor y aquí a la Tierra hemos venido a
experimentar el amor .
Cuando en el chamanismo no se trabaja con estas pautas, entonces el
chamán sólo podrá ver serpientes, sólo podrá
ver jaguares, sólo podrá ver musas, pero no podrá
ver la Esencia del Espíritu, no podrá realizar un excelente
trabajo de autodescubrimiento.
Nuestro interés debe ser directamente el Espíritu, porque
el Espíritu es la llave, es la clave, es como un ubicarse en
un lugar estratégico y desde allí observar y desde esa
observación, desde esa contemplación resolver, desde el
Espíritu mismo, desde el corazón. Ese es nuestro ideal
como seres humanos y a eso llegaremos tarde o temprano y si no es en
esta existencia, no importa, llegaremos en otra, pero llegaremos. Esta
noticia es una noticia que les servirá para todas sus existencias,
es una noticia que ha sido dicha antiguamente y va a ser pronunciada
continuamente. Seguro que lo han escuchado más de una vez, pero
más de una vez no hemos escuchado realmente.
La fortuna de iniciarse en el autodescubrimiento
Tenemos hoy una gran oportunidad como dicen los maestro budistas, cuando
van a realizar alguna ceremonia, dicen "Ustedes que están
hoy aquí, son muy afortunados"; y te lo dicen otra vez:
"No olvidéis que el hecho de estar aquí habla de
la gran fortuna de ustedes como hijos de Dios"; y vuelven a repetir:
"Vuestro karma está suficientemente maduro y vosotros tenéis
el tiempo y el coraje como para poder venir aquí a recibir una
iniciación. Una iniciación que está basada en una
transmisión espiritual de siglos y de milenios y yo -dice el
monje tibetano-, soy uno de esos monjes que ha recibido el poder para
darles a ustedes esa iniciación". Por tanto desde la visión
budista, una iniciación, o asistir a un trabajo de naturaleza
espiritual es realmente un premio, es el resultado de un karma virtuoso
practicado ancestralmente. Si ustedes están asistiendo a cursos,
a ceremonias, a iniciaciones, etcétera, deben considerarse personas
afortunadas.
Ahora mismo estoy viajando por muchos lugares del mundo y veo gente
que no es tan afortunada. Sobre todo en los países de tercer
mundo se puede ver gente que trabajan más de las ocho horas convencionales,
hasta doce, hasta quince horas, que no tienen domingos, no tienen sábados,
que tienen un sueldo miserable, tienen ocho hijos, están enfermos
o están alcohólicos, no tienen fortuna. Por eso los lamas
tibetanos afirman que tener la oportunidad maravillosa de asistir a
un trabajo espiritual, es realmente una fortuna.
Ustedes deben considerarlo como tal, como un premio que se dan a sí
mismos, pero también el resultado de un gran karma, que está
orientado hacia lo que es el interés, el trabajo y el compromiso
espiritual que ustedes adquirieron en algún momento de su vida
en el pasado o en esta existencia.
Cristo dice: "Donde esté tu tesoro, esté tu corazón".
Nuestro corazón en esta Era, independientemente del trabajo que
desarrollemos en nuestra existencia cotidiana, debe estar en el Espíritu.
El trabajo cotidiano con el Espíritu
El Espíritu nos puede influir y ayudar en lo que son nuestras
labores cotidianas. El Espíritu integrado en el ama de casa cocinando,
limpiando, trabajando, en la oficina, en la fábrica, en la industria
o en la terapia. El Espíritu debe estar presente porque nuestro
cuerpo está hecho precisamente para recibir y expresar al Espíritu.
Una amiga me decia hace poco, en una experiencia que tenia con el Espíritu:
"Esta experiencia es muy arrolladora, quiero decir que en estos
momentos tengo al Espíritu expresándose en mí,
pero yo no lo puedo soportar, es demasiada fuerza, demasiado Amor, ¿qué
debo hacer?" Lo que debes hacer, le dije, es simplemente relajarte,
porque estás tensa, eso en primer lugar, y en segundo lugar desde
esa relajación, observa que en ese diálogo y en esas palabras
que estás diciendo no vengan de lo más profundo de tu
corazón, sino que vengan del Ego rebelde que no es capaz de soportar
el amor y que no es capaz de abandonar tu mente para poder dejarte percibir
en su totalidad lo que es el Amor de Dios, asi que relájate y
si hoy sientes y sabes que tienes mucho Amor, pues también lo
que puedes hacer es dar ese Amor a tu pareja, a los que están
en el grupo, a los que viven en esta ciudad, a los que viven en este
país, y a los que viven en todo el planeta; porque hay mucha
gente que necesita de esa energía de Amor, que tu consideras
y tú crees que no puedes aceptar porque el cuerpo físico
no está hecho, no ha sido construido para contener tanto Amor.
Esto es una falacia del Ego, el cuerpo físico es perfecto y está
hecho para contener a Dios y manifestarle a Él.
Pero quiero decirles también que esta amiga es una gran experimentadora
y una gran trabajadora y antiguamente se asustaba, pero ahora no se
asusta. Al principio ella se preguntaba, "¿Pero qué
es lo que me está pasando, por qué esta fuerza tan grandiosa?"
Aunque ella la ha recibido muchas veces y en un principio se asustaba,
porque esa energía de Amor se le pasaba inmediatamente, rápidamente,
quería rechazarla. Ahora la acepta, ahora ya se relaja. Ahora
ya finalmente se relaja, vive la experiencia del Espíritu, se
alimenta del Espíritu. Necesitamos considerar al Espíritu
como un alimento, así como necesitamos el desayuno, la comida
y la cena, también necesitamos acostumbrar a nuestra mente, adiestrar
a nuestra mente a solicitar la presencia sagrada de nuestro Espíritu.
El mundo visible y el mundo invisible
Cuando trabajamos en los Andes y hacemos las Caminatas de Poder hacia
Machu-Pichu, empezamos a andar con el pie izquierdo y decimos en quechua
yoque, a continuación el pie derecho y decimos en quechua paña.
Continuamos andando repitiendo, yoque, paña; yoque, paña,
despacito porque estamos caminando a mucha altura, yoque, paña;
yoque, paña; y después la traducción: realidad
no ordinaria, realidad ordinaria; realidad no ordinaria, realidad ordinaria;
y después: mundo invisible, mundo visible; mundo invisible, mundo
visible, etcétera. Para intentar que de alguna manera en nuestro
caminar, nosotros vayamos obteniendo la conciencia de que este mundo
no sólo es material, sino también Espiritual y al finalizar
el trabajo en una tercera o cuarta etapa del trabajo de la Caminata
de Poder, entonces la izquierda es Dios y la derecha es Ego y así
combinando el caminar y el mantralizar, se genera la sensación
de mucho Poder, de mucha tranquilidad y uno es capaz en esas alturas
de no cansarse, porque nuestra mente está siendo disciplinada,
está siendo orientada en un trabajo chamánico.
También quiero decir que una conexión con el Espíritu
nos es suficiente, necesitamos estar en comunicación con el Espíritu,
continuamente.
El verdadero chamanismo y su decadencia
En realidad es una aventura, una preciosa aventura y cuando uno logra
realmente el contacto con el Espíritu, cuando tiene esa certeza,
entonces hay una organización interior, hay una educación
interna, hay un desarrollo de nuestra nobleza interior que proviene
precisamente de esa experiencia constante del Espíritu. Entonces
el Espíritu es transformador, el Espíritu es sanador y
eso es el verdadero chamanismo y eso fue el chamanismo antiguamente.
Cuando el hombre abandona la práctica del autodescubrimiento,
entonces las sociedades, culturas y civilizaciones del pasado se deterioran.
¿Qué pasó con el antiguo Egipto? Se deterioró,
ya no están aquí los faraones sabios. ¿Qué
paso con los antiguos reyes y maestros mayas? ¿Qué paso
con los antiguos amautas incas?
Como todo en la vida, estando en la rueda del Samsara, todo tiene un
proceso de nacimiento, desarrollo y decadencia. Cuando viene ese proceso
de decadencia o de involución, el que no está sostenido
por el Espíritu, se precipita definitivamente en el Ego.
No puedo negar que las invasiones de las sociedades antiguas, no sólo
América y Tibet, sino las invasiones en todas las sociedades
del pasado, correspondían curiosamente al deterioro de la parte
espiritual; y también ya estaba ausente el trabajo del autodescubrimiento.
Quiero decir que si no hay un verdadero cultivo de la espiritualidad
y un trabajo escrupuloso de nuestra mente, de nuestras emociones, un
trabajo de construcción y edificación de nuestra alma,
entonces nuestras cosas externas, nuestro mundo exterior se cae, se
rompe y obviamente nuestro subimiento es mayor y nos preguntaremos:
"¿Por qué sufro?".
La única causa del sufrimeinto: el ego
Yo tenia una abuela que siempre me decía: "¿Dios
mío, por qué sufro?" Yo creo que ustedes también
tienen una abuela, una madre, un amigo, un tío, una tía,
y todos se preguntarán por qué sufren. Porque todos abandonaron
la experiencia del Espíritu. Y no sólo la abandonaron,
sino lo que es peor, nadie fue capaz de enseñarnos de una manera
sana, porque hasta en eso hay karma. Y arrastramos un karma y nos lo
mostraron de una manera traumática.
Pero hay sociedades como Shambala o como el Paititi u otras sociedades
que por ejemplo existen en el Lago Titicaca, aunque no físicamente,
que son sociedades iluminadas, son sociedades en las que hay felicidad
constante, hay armonía, hay fraternidad, hay Amor. Y nosotros
somos testimonio de eso, no nos mostramos muchas veces amorosos, cariñosos
con los demás y no nos gusta estar en ese ambiente. Pero después
hay algo que surge y nos dice "¿por qué estás
bien si se puede estar mal?". La filosofía del Ego es acabar
con toda señal de bienestar, pero cuando uno trabaja y descubre
la acción y las trampas y la inteligencia del Ego, éste
se ve descubierto. Nuestros estados de Amor y de bienestar serán
más constantes, más prolongados, más intensos.
Y tengan la seguridad de que nuestra sed del Espíritu, también
será más grande y nuestra experiencia de Dios será
también más grandiosa y habrá una transformación
interna. Aunque tengamos el mismo cuerpo físico, aunque tengamos
el mismo nombre, aunque tengamos una vida anterior muy traumática,
es posible la transformación, es posible el cambio, pero necesitamos
estar constantemente orientando nuestra mente y nuestras emociones y
nuestra vida al Espíritu.
Nuestra relación con el Espíritu
Arjuna le dice a Krishna: "¿Pero por qué me estás
diciendo todo el tiempo exactamente lo mismo?" Y le contesta Krisna:
"Yo te tengo que estar diciendo exactamente lo mismo porque mi
deseo es impresionar tu mente, deseo que entiendas de una vez".
Pero para que entienda el hombre de una vez, es decir, en ese proceso
de eliminación en el cual uno entiende de una vez y para siempre,
se necesita estar empujando al discípulo. También hay
otra parte, donde Arjuna se siente desorientado, se siente triste y
le dice: "Señor ¿qué debo hacer para salir
de este estado de tristeza? Me siento mal, el Ego me invade, tengo miedo,
tengo problemas". Y Krishna le da una receta muy sencilla: "Piensa
en mí, concéntrate en mí y no te olvides jamás
que te amo tiernamente".
Esa relación de nosotros con el Espíritu, debemos entenderla
y está muy bien expresada en el Bhagavad-Gita, con la historia
de Krishna y Arjuna. Hay un amor infinito de Dios y hay una etapa de
esperanza y de fe en el hombre, en esa fuerza espiritual. El problema
humano es que nosotros queremos ver, tocar, palpar las cosas para poder
creer. Si no las palpamos o las tocamos no creemos y sin embargo dónde
quedaría entonces la palabra esperanza. La esperanza no está
en función de lo que vemos. La palabra esperanza la ideó
el hombre para expresar realmente aquello que esperamos, pero que no
podemos ver y tocar. Es una espera amorosa. En eso consiste en realidad.
La esperanza
Nosotros hoy mismo esperamos lo que no vemos. ¿Y qué
es lo que no vemos? Lo que pretendemos ver. ¿Y qué pretendemos
ver? Nuestro cambio, nuestra transformación ya y con ese poder
ayudar a los demás y crear un Shamballa ideal en todo el planeta.
Pero la naturaleza no da saltos y todo es un proceso gradual que nos
conduce a la iluminación. Pero mientras vamos por el camino,
por el proceso, necesitamos esperanzas y esas esperanzas, vuelvo a repetir,
están en función de aquello que no vemos. Y todos tenemos
esperanzas. Pero hay dos tipos de Esperanzas: la esperanza que emana
de la mente y la esperanza que emana del corazón.
Yo no quiero, por ejemplo, tener la esperanza de no enfermar. La medicina
nos hace ver que el cuerpo se deteriora y se enferma, más bien,
digamos yo no quisiera acelerar mi enfermedad. Por tanto voy a revisar
estos aspectos sicológicos o estas malas costumbres que precipitan
mi enfermedad, entonces cuando la esperanza es del Ego siempre está
mal enfocada.
Pero también tenemos muy buenas esperanzas, queremos ser felices,
queremos que nuestro hijo sea feliz, queremos que nuestro padre deje
el alcohol si es alcohólico, que nuestra madre nos ame si no
nos ama, que nuestro hermano deje las drogas si se droga. Todos siempre
deseamos algo que no estamos viviendo, algo que se debe realizar, y
todo es posible y todo es realizable, pero la mayor esperanza en el
ser humano debe ser la experiencia del Espíritu y prolongar esa
experiencia en nuestra existencia porque a eso tenemos derecho, así
como hemos prolongado la experiencia del Ego en nuestra mente, a la
que no tenemos derecho. Dice Buda: "La experiencia del Ego que
engendra dolor tiene un principio y tiene un fin y hay un camino para
acabar con ese dolor y con ese sufrimiento". Entonces quiere decir
que no es algo natural, es algo artificial que ha sido puesto como un
gran entrenador, como un gran maestro para poner a prueba nuestra inteligencia.
Pero lo que sí es natural, tan natural como un lago o como un
pajarillo es precisamente el Espíritu.
Si hoy, por ejemplo, nos encontramos en una situación alimenticia
en la que estamos consumiendo alimentos transgénicos, contaminados
y todo ese tipo de alimentos que no son sanos, esto viene a ser un ejemplo
de cómo nos alimentamos con ese otro alimento mental, emocional
que es el Ego y tenemos muy poco contacto con el alimento biológico,
con el alimento natural, con el alimento sano, con aquel alimento espiritual
y natural que está en nuestro interior.
Pero es sólo una primera etapa, después sigue el trabajo
de sostenerse en el Espíritu y ese trabajo de sostenimiento en
el trabajo espiritual, es un trabajo grupal. El trabajo grupal es fundamental,
es muy importante y será muy importante en la cultura, en el
futuro tiempo que nos toca vivir.
El Trabajo Místico
Así que después de comprender la necesidad del contacto
con el Espíritu, de tener una vida espiritual, necesitamos también
pensar en desarrollar un Trabajo Místico en nuestra existencia.
Y ¿qué es un trabajo místico? Un Trabajo Místico
podríamos decir que es como aquella capacidad que nos califica
para poder conocer otros ámbitos del Espíritu. Un ejemplo
de ello son las experiencias con enteógenos. De pronto yo medito,
comulgo con la Abuelita o con el Venadito y empiezo a sentir unas sensaciones
raras y extrañas. Como son sensaciones raras y extrañas
mi mente no las tiene registradas y lo que hace la mente inmediatamente
es producir Miedo. Miedo ante esa sensación rara y extraña.
Lo primero que nos preguntamos es ¿Será malo entrar en
contacto con plantas sicointegradoras o enteógenos, tendrá
contraindicaciones? Y curiosamente jamás nos hemos preguntado
si el Ego tiene contraindicaciones. Y el Ego es el causante de un gran
porcentaje de todas las enfermedades humanas.
Sin embargo en la selva, en el Amazonas, se utilizan más bien
los enteógenos para poder hallar la causa que motiva un problema
físico. Entonces cuando empezamos a sentir ese tipo de experiencias
viene nuestro temor, pero cuando uno ya ha recorrido ese camino muchas
veces, entiende que ese color, que esa emoción o que esa atención
obedece al pensamiento del miedo o a un pensamiento negativo, que está
en esos momentos invadiendo nuestra mente y nuestra alma y que está
impidiendo que nosotros aflojemos los músculos, la mente, la
emoción y podamos fluir con tranquilidad hacia el mundo espiritual.
Es como cruzar un puente de una orilla a otra. Sabremos que hay una
serie de elementos amenazantes, pero sin embargo esos elementos, esas
serpientes o dragones, son aspectos ilusorios, son espejismos que están
allí precisamente, curiosamente, para apartarnos del camino,
para seleccionar a los caminantes.
Es curioso. Es la forma como Dios se sirve de los espejismos que genera
el Ego para no permitir la entrada a cualquier hijo de vecino a otro
nivel espiritual. Eso es curioso. Entonces cuando uno entra en contacto
con una experiencia transpersonal y observa en primer lugar una serpiente,
por ejemplo, que uno no comprende, que no entiende, que está
amenazando, entonces uno puede tener miedo y el cobarde se retira y
el cobarde acaba. Pero sin embargo cuando uno reconoce que es un espejismo
o también cuando uno puede decodificar esa información,
decir esta serpiente me está engendrando miedo y yo me relajo,
entonces el Espíritu entra a través de la Intuición
y nos dice: ¡Ah, esta serpiente, esta relacionada con un miedo
a enfermar", por ejemplo. Pero como estamos desde el corazón,
haciendo el viaje desde el corazón, sabremos que no es necesario
ese miedo a enfermar, es simplemente un temor irracional que se ha incorporado
en nuestra mente, en nuestra sicología, de alguna manera porque
quizás nuestra abuela se acaba de morir de cáncer y nosotros
también pensamos que nos va a dar cáncer y que nos vamos
a morir de la misma manera y que vamos a morir jóvenes. Entonces
lo primero que aparece es el temor más fresco, más reciente:
una serpiente, un dolor, un duelo. Son cosas que no existen, no son
reales, son una locura. Pero otro hombre inteligente diría: A
ver ¿qué es esta serpiente? , y descubre que es un temor
al miedo, es un ejemplo simplemente, de acuerdo. Pero también
tiene en ese momento la oportunidad de desbaratar ese miedo hacia la
enfermedad y entonces continúa caminando y llega a la otra orilla
y tiene una experiencia con el Espíritu.
Luego si otra vez aparece la misma serpiente se dirá, "Bueno
ya conozco a esta serpiente, ya tengo un recuerdo de lo que es el miedo
a enfermar pero continuo adelante", y ese continuar y esa comprensión
hace que esa serpiente en la próxima experiencia ya no aparezca.
Entonces son como guardianes de nuestros propios Egos y curiosamente
se constituyen en guardianes de nuestro camino espiritual pero también
como señales de que estamos en ese camino.
El estudio del Ego
Si nosotros sabemos tratar al Ego de una manera diferente, comprender
el momento en que salta, en que sale, en que se manifiesta desde el
corazón, desde el Espíritu, no nos detendremos dentro
de lo que es. La magia aquella del Ego que nos paraliza y que no nos
permite un análisis más serio y más profundo para
caminar hacia el Espíritu.
También puede ocurrir que en contacto con el Ego, y estoy hablando
del mundo del Ucu Pacha, podamos ver el dolor que hay en nuestra vida.
Ustedes alguna vez han estado celosos. Cuando uno está celoso,
uno se dice: "Huy, ¿qué estará haciendo, qué
estará diciendo, con quién estará, estará
otra vez con esa persona y qué le estará diciendo, y qué
hora es y a qué hora vendré?" Y cuando viene, uno
intenta averiguar, investigar, saber, qué ha pasado, si hay algo
anormal. Pero el sufrimiento está ahí. Y curiosamente
uno tiene la "capacidad", entre comillas, de "decidir",
también entre comillas, si puede dejar de pensar en eso que le
está torturando. Sin embargo nos torturamos. Hacemos todo lo
posible por darle una llave de Kung-fu sicologico, pero otra vez se
acomoda el pesado de los celos que está insistiendo, insistiendo
y va produciendo otro tipo de pensamiento y va recreando pensamientos.
Los va agigantando y va generando toda una escena grandiosa en torno
a lo que es la infidelidad de la pareja, pero nos damos cuenta de lo
absurdo que es, sabemos que lo que está sucediendo no está
bien, que hay que volver a la tranquilidad y volvemos a la tranquilidad,
pero otra vez la voz chiquitita: "¿Qué tal hombre..."
y otra vez nos regresamos a la cúspide del Ego que hemos formado
y hacemos el Ego mas grande. Hacemos el pensamiento, la emoción,
más grande y más densa. Y hay personas que viven así
todo el resto de su vida y no sólo con celos sino también
con ira, con impaciencia, con odio, etc, etc. Uno se acostumbra y la
emoción se acostumbra y eso genera una sensación extraña.
Ustedes han estado en paz muchas veces, cuando viene una emoción
así de negativa, ¿no es incómodo realmente, no
es como ponerse un zapato gastado con un clavo que nos está haciendo
daño todo el tiempo? Es mejor quitarse el zapato y caminar sin
zapatos. Pero en este caso, quitarse el Ego no es como quitarse un zapato,
si así fuera, entonces estaríamos bien todos, pero el
Ego es como dice Castaneda: "Es un Pinche Tirano", que está
allí precisamente con una acción tiranizante, haciéndonos
pensar, decir y hacer aquello que no queremos decir, pensar y hacer.
Es interesante su estudio, es un amo, es un jefecillo que está
ordenándonos constantemente hacia aquello que nosotros no deseamos,
pero también está poniendo a prueba nuestra inteligencia.
Si nosotros nos achicamos ante el Ego, si nos achicamos ante la vida,
le damos poder al Ego, y la mejor forma de enfrentarse al Ego es observarle,
porque curiosamente en la investigación que se hace del análisis
del Ego lo que no le gusta precisamente al Ego es que le vean.
Supongamos, vamos a poner un ejemplo aquí mismo. Allí
hay unos discos de música, si alguno de ustedes quiere robarse
un disco, claro lo hará discretamente, no va a decir, 'oíd,
me voy a robar un disco'. Estar robando un disco y que alguien nos vea,
hace que sintamos incomodidad. Al Ego lo que no le gusta es que le vean,
porque cuando se ve descubierto, el Ego se escabulle, desaparece y se
va a otro nivel de la mente, entonces, al menos ya hemos limpiado un
nivel de la mente.
El chamán era un príncipe, no un brujo
En los trabajos más profundos y más sutiles de la meditación,
podemos descubrir al Ego en otro nivel, en otro departamento de la mente,
hasta que algún día nos saneemos totalmente de la influencia
del Ego y limpiemos los espacios que el Ego ha contaminado en nuestra
mente. El trabajo de sanidad de nuestra mente en cuanto a la influencia
del Ego es el trabajo de chamán y fue el trabajo del chamán
hace milenios.
El chamán era un príncipe, el chamán era un rey.
No un brujo. Otra cosa es un brujo, como ya he mencionado, donde no
existe ninguna experiencia espiritual y no hay un trabajo de autoexploración.
Hay un manejo de la energía de la naturaleza, de la lluvia, del
agua, del fuego, pero eso al fin y al cabo es circo.
Hay una historia sobre Buda. Se le acerca un hombre a Buda y le dice:
"¿Sabes? Por fin ya he aprendido y camino sobre las aguas".
Y le contesta Buda: "Hombre. ¡qué pérdida de
tiempo, si para eso existen las barcas!". Entonces Buda lo que
está intentando enseñar aquí es que lo más
importante no era desarrollar ciertos sidhis o ciertos poderes de tipo
síquico, sino que el poder más grande que hay es contener
el Espíritu. Claro, el Espíritu tiene poder sobre el agua,
sobre el fuego, pero Él no se pierde en estas historias, sino
más bien va directamente a lo que es la expresión del
amor y a compartir el amor y a dar amor a los demás, porque eso
es lo que puede sanar a la humanidad.
Nuestra labor debe constituirse como una misión hacia el Espíritu,
todas nuestras actividades mentales, nuestras energías, debemos
concentrarlas hacia esa dirección.
El Centro del Espíritu
El Águila Dorada me hizo un diseño de una cruz y me dice:
"Esta es la Cruz", y me hizo unos círculos concéntricos,
y me dice: "Este es el cuerpo, esto es el alma, esto es el Espíritu
y éste más pequeñito, el círculo más
pequeñito es el Espíritu del Espíritu. Pero curiosamente
siendo el círculo más pequeñito, es el más
grande en el mundo real. El mundo real no es este, el mundo real es
el del Espíritu del Espíritu.
Ese es el mundo real y el hombre debe acostumbrarse a reconocer su
cuerpo como un instrumento del Espíritu, debe reconocer el alma
también como un instrumento. Debe reconocer su propio Espíritu
y ese Espíritu debe llevarlo al centro del Gran Espíritu,
donde puede mezclarse con la Energía de fuego y agua que existe
en el centro del Gran Espíritu.
En la Biblia, curiosamente, hay un versículo que dice: "Si
no laváis vuestras vestiduras no podréis entrar en el
Reino de los Cielos", y este lavar las vestiduras, como bien sabemos,
no tiene nada que ver con lavar la camisa o los pantalones. Sino las
vestiduras en este momento son el cuerpo y el alma. Y la forma de lavarlas
es precisamente llevándolos al centro del Espíritu.
En el centro del Espíritu hay dos Templos: Un Templo del Agua,
donde se lavan las vestiduras y un Templo de Fuego donde se continúa
la limpieza de las vestiduras, y la iluminación de las vestiduras
de nuestro propio Espíritu, de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Un trabajo antiquísimo, como dije hace rato, que tiene que ver
con el vacío iluminador, porque cuando uno entra en la experiencia
del vacío iluminador, lo primero que se encuentra es el Ego.
La ayuda que presta la Abuelita ayahuasca
Una experiencia con una planta sicointegradora o enteógena,
no sólo es una experiencia en cualquier tipo de relajación
o meditación simple y común. Cuando uno está simplemente
relajado de pronto no sabe de qué manera está ubicado
su cuerpo o su mano. No siente el pie izquierdo, no siente el pie derecho,
no siente la cabeza y ¿qué pasa? Nos asustamos. Intentamos
mover nuestra cabeza para sentir que este es nuestra cabeza, intentamos
mover la mano para sentir que esta es nuestra mano, pero lo que sucede
es que nuestro cuerpo vital se desplaza y al desplazarse ya no sentimos
nuestro cuerpo físico y eso quiere decir que nos hemos relajado
bien. Cuando uno tiene una gran experiencia en la relajación,
cuando se llega a esa etapa, uno puede dejar el cuerpo físico,
ya no soy un cuerpo físico, ahora siento el cuerpo vital, pero
también debe dejar el cuerpo vital para llegar al cuerpo astral,
y dejar el cuerpo astral y ser el cuerpo mental, y dejar de ser cuerpo
mental y ser el cuerpo de la voluntad, y también dejar de ser
el cuerpo de la voluntad, y cuando dejo de ser el cuerpo de la voluntad
seré el cuerpo del alma y cuando deje de ser el cuerpo del alma
seré el cuerpo del Espíritu y me instalaré en el
Espíritu.
Es una meditación muy antigua, pero claro tenemos que empezar
por relajar el cuerpo, tenemos que sentir el cuerpo, entonces hay que
tener una perfecta relajación y luego tenemos que percibir la
energía de nuestro cuerpo vital y aun la energía de nuestro
cuerpo vital puede estar tensa, porque todavía habrá pensamiento
y emociones y hay que dejar esa tensión y conocer ese cuerpo
vital para penetrar en el otro cuerpo, y así paso a paso, poder
llegar al Centro del Espíritu. Esto es posible con las plantas
sagradas.
Con la Abuelita se llega precisamente al Centro del Espíritu,
aunque no seamos conscientes de ese proceso de relajación y de
dejar esos otros cuerpos. Pero ese regalo se nos da simplemente para
que nosotros después vayamos haciendo conscientemente ese camino
y vayamos construyendo el Camino del Espíritu de una manera consciente,
con nuestra experiencia, con la energía de nuestras manos, con
nuestro propósito, con nuestra voluntad para que podamos llegar
a tener un acceso fácil a nuestro Espíritu Interior.
Pero vuelvo a repetir que ese miedo a no sentir el cuerpo, nos hace
mover el cuerpo y nos hace perder lo que es la experiencia de la relajación.
Eso es lo que haría un principiante, pero sin embargo el cuerpo
está allí y está entrando en otra etapa más
sutil de relajación y cuando trabajamos en los estados alterados
de conciencia, lo que se hace es entrar a estados sutiles. Necesitamos
entrar a estados sutiles, deberemos percibirlos desde el corazón,
desde el Espíritu. Por eso es muy importante la oración.
La postura y la relajación de nuestro cuerpo es importante,
porque hay que soltarse, fluir, orar, observar, contemplar, confiar,
tener esperanza por aquello que no vemos pero que existe y normalmente
eso que existe es placentero, es Dios, es el Espíritu, es la
Luz, pero para que tengamos esa certeza hay que pedir ir al Espíritu.
Aspirar a la iluminación en esta vida no es un atrevimiento
Hay que contemplar el trabajo que hay que realizar en nuestra existencia
para alguna vez lograr nuestra auto realización, para lograr
en está vida, en está existencia, lograr la Iluminación
y esto no es un atrevimiento, aunque los budistas digan que se necesitan
muchas existencias para la Iluminación. Esto es relativo, uno
puede llegar a la Iluminación en esta existencia, el requisito
es enamorarse del Espíritu. Es como enamorarse de una dama o
la dama de un varón, entonces le seguirá a donde vaya
y estará con ella o con él constantemente. Así
tenemos que aprender a enamorarnos de Dios, a enamorarnos del Espíritu,
pase lo que pase en nuestra vida, suceda lo que suceda en nuestra existencia.
Me refiero a veces, a las aparentes dificultades, que realmente son
exámenes o pruebas y las pruebas son para fortalecernos. Debemos
pensar así, la prueba es para salir fortalecido. Entonces, a
pesar de esas circunstancias que ponen a prueba nuestra convicción
de ir hacia el Espíritu, uno debe continuar con la flecha lanzada
al Infinito, al Sol, a Dios, no detenerse.
Educar a nuestros futuros Maestros
Estuve trabajando hace tiempo con un joven y le dije: "Tú
sabes que tu objetivo, en tu primera experiencia, es llegar a Dios".
Entonces veía al joven acostado haciendo su trabajo. Tenía
dieciséis o diecisiete años, había junto al él
otro joven de su misma edad y le pregunte: "¿Cómo
te encuentras?" Él me contesto: "Me siento muy bien,
estoy muy bien"; yo le dije: "¿Tienes miedo?",
y él me respondió: "Ahora no tengo miedo, estoy disfrutando
mucho este estado que no conocía, estoy siendo lanzado al Infinito
y hay una nube negra oscura que está interceptando mi camino";
le pregunte: "¿Tienes miedo de llegar a esa nube negra?"
Me dijo: "No, no tengo miedo, pero sí una sensación
extraña y rara." Le dije: "No te olvides que más
allá de esa nube negra está el Padre, está Dios,
está el Espíritu, a donde tú te diriges."
Él me respondió: "Sí lo sé también
y por ratos me preocupa o tengo la sensación leve de miedo, no
sé que me puede pasar en esa nube". Empezó a atravesar
esa nube y yo le pregunte: "¿Cómo estás?"
"Estoy bien, sólo que aquí esto es más denso,
es más lento, pero sé que estoy ascendiendo, estoy subiendo
hacia Dios, estoy ahora saliendo de esta densidad, pero con calma, con
tranquilidad, sin temor." Le vuelvo a preguntar: "¿Entonces
atraviesas la nube negra?" "Sí ya la atravieso, ahora
estoy en otro nivel del Espíritu, dirigiéndome a un Templo.
Llego a un Templo." Le pregunto: "¿Cómo estás?"
"Me siento en brazos de un hombre muy amoroso, muy cariñoso
que me mece como a un niño, y que dice que es mi Padre, que me
ama y yo le amo".
Este joven tuvo un encuentro, un contacto extraordinario con su Ser
Interior y estoy seguro que jamás olvidará su experiencia
y que eso le ha dejado una huella imborrable de lo que es la experiencia
del Espíritu. Y yo continuaré obviamente trabajando para
que su mente esté orientada hacia lo que es la experiencia del
Espíritu. No sólo en las reuniones o en las meditaciones
o en los talleres, sino también en su vida ordinaria, en su vida
cotidiana. Porque la presencia del Espíritu, reviste a este joven
de un regalo de más belleza, de más inteligencia, de más
seguridad en sí mismo y en la vida y esto es bello, porque esto
es como el trabajo de experimentación que se hace con los jóvenes
en el mundo tibetano.
Hace unos años conocí en Brasil a un joven de unos doce
años. Yo estaba trabajando con unos lamas tibetanos y este niño
era el hijo del coordinador en Brasil. Un día se me acerca y
se queda junto a mí, no nos decíamos nada, sólo
estábamos juntos, nos gustaba, y ese día nos tocaba ir
al teatro y cerca del teatro me dice: "Ven te quiero enseñar
algo", "¿Qué es?" le pregunto y me dice:
"Unos juegos muy interesantes", "Ah sí, ¿qué
tipo de juegos son?", "Son unos soldaditos de plomo y unos
manuales para jugar con ellos", "Yo nunca oí hablar
de los manuales, yo sé de los soldaditos de plomo". Y entonces
me dice: "Aquí cerca del teatro hay una tienda, ¿por
qué no vamos?", "Bueno". Nos fuimos y vi los soldaditos
de plomo y vi unos libros grandes y gruesos que eran las instrucciones
para jugar. Yo menos entendía el tema y le comenté mis
reflexiones: "No lo entiendo, hoy hay ordenadores y todo es tan
fácil, por qué hay que estudiar este grueso libro para
poder jugar con los soldaditos, ¿no será mejor un programa
de ordenador y te ahorras la lectura?" Volvimos a vernos tres veces
y a la tercera le pregunte: "¿Tú tienes alguno de
estos juegos?", "No, no lo tengo", "¿Y tus
padres no les importará que yo te regale uno?", "No",
me dijo, "Pues te regalo uno". Y le regale uno.
Al poco tiempo supe que el Dalai Lama había dicho que en Brasil
había un alto lama reencarnado, era el año 92 y yo lo
volví a ver con dieciocho años. Estaba vestido con la
túnica azafrán de los lamas, había estado viviendo
en la India, sabe un perfecto inglés y un perfecto tibetano y
es un lama de un alto rango del budismo tibetano. Lo vi hacer rituales
con los lamas viejos, hacer mudras, tocar las campanas, rezar oraciones
de una manera magistral. Lo vi hablar, dar charlas, fue un placer escuchar
sus diálogos muy maduros, realmente un joven muy interesante.
Es un joven, lo mismo que sucede con el lama Osel aquí en España.
También lo vi junto a María, en la India. Es un joven,
tiene todos los rasgos de un joven, cuando llegamos casi ni nos miraba,
nada más se mostraba al lama Zopa . Es el lama que le acompaña.
Le mostramos una foto que nos hicimos junto al Dalai Lama, entonces
él se asomó a mí, como un jovencito travieso. Pero
a pesar de su juventud, el nivel de preparación que ellos tienen
o la experiencia que tiene este joven que he mencionado antes, es realmente
una experiencia y una preparación que necesitan todos los jóvenes
del planeta y que nosotros, desafortunadamente, no tenemos dentro de
lo que es la educación actual.
Una educación, un adiestramiento de esa naturaleza, como no
existe en la sociedad, nosotros tenemos que crearlo y eso es posible.
Cuando tú encuentras a un joven, cuando tú tomas a un
discípulo o a dos, te haces responsable de él y lo puedes
ayudar. Los jóvenes realmente son nuestros maestros del futuro,
¿por qué no cuidar a nuestros maestros? Porque ellos se
quedarán cuando nosotros nos vayamos, y cuando ellos sean viejos,
nosotros vendremos de nuevo y ellos serán nuestros maestros.
Si nosotros nos vamos con una experiencia espiritual y los dejamos a
ellos con una experiencia espiritual, esa sería la única
forma de vislumbrar una sociedad iluminada, no de otra manera. No hay
tiempo, no hay historia de que el planeta pase a otra dimensión
y que se purifique y que los ángeles, etc. e historias de esas.
No, estamos en un mundo material y espiritual donde hay que colaborar
con el Espíritu para que el Espíritu colabore con nosotros.
Aunque ha estado colaborando a través de milenios y los Maestros
están colaborando también. Se necesita un despertar individual
para generar un despertar colectivo. Necesitamos despertar y ayudar
a nuestros jóvenes, y todo está, repito, en función
al Espíritu.
Así que reflexionemos en el trabajo de hoy a cerca de la necesidad
inaplazable, urgente, de tocar a Dios, porque Él tiene la varita
mágica, Él es el hada que tiene la varita y la coloca
en la cabeza y tiene el poder de transformar nuestra visión de
la vida y nuestra relación con el Ego, nuestra relación
con nuestros hermanos y una comprensión más rica de lo
que es Dios.
El Espíritu
No podemos, ni debemos, encerrar al Espíritu en una sola palabra,
en una sola experiencia. Debemos estar poniendo en jaque mate a nuestra
mente, así como sucede con los Koan Budistas, que le hace una
pregunta a la mente, que la mente no entiende y nos es capaz de responder.
Por ejemplo: "Si todo se reduce a la Unidad, ¿la Unidad
a que se reduce?", "Si dos palmadas suenan asi, plaf, ¿una
sola mano como suena?" La mente no tiene estas respuestas, pero
hay respuestas. Entonces la mente que no está adiestrada a una
reflexión, a una vivencia o experiencia espiritual, hay que forzarla
a trabajar al máximo .
En la antigua Grecia, hoy mismo en los patios de los monasterios tibetanos
se practica, además el debate dialéctico, que consiste
en que uno, por ejemplo, va a sostener que el Espíritu existe
y cinco van a decir que el Espíritu no existe y que eso son patrañas.
Entonces la forma en la que van a trabajar para poder hacerle creer
al otro que el Espíritu no existe es con preguntas inteligentes
muy bien elaboradas, para que el monje pueda trabajar al máximo
su mente, la pueda desarrollar de tal manera que no sea capaz de sentirse
engañado por los demás y por el propio Ego y esto es un
trabajo interesante y que además no existe en las escuelas del
planeta. Otro trabajo para nosotros y otro trabajo para los jóvenes.
Trabajando con la Abuelita
Bien, nuestro trabajo de hoy consistirá en una relajación
profunda, oración, confiar, reflexionar acerca de lo que es la
esperanza. No se espera lo que se ve, se espera lo que no se ve. Desde
mi visión lo que no se ve es el Espíritu, y todo lo que
tenga relación con el Espíritu nos depara éxito
absoluto. También otro aspecto importante es aprender a observar,
a fijarnos en ese otro nivel energético que tenemos en nuestro
cuerpo, que está contenido en nuestro cuerpo.
Hay siete cuerpos y cada cuerpo tiene una vibración distinta
y algunos están desplazados fuera de nosotros mismos pero todos
están integrados aquí y ahora.
Si hay un corazón físico, hay un corazón vital,
un corazón astral, hay un corazón en el espacio mental.
Todas la dimensiones están aquí en nuestro cuerpo. El
ser humano es multidimensional, pidamos que se nos revele este aspecto
de la multidimensionalidad humana y así podamos percibir lo más
sutil. Y nuestro trabajo en dirección hacia lo que es el chamanismo,
entonces será en la dirección Espiritual. Será
en la dirección del autodescubrimiento y en la construcción
y en el reconocimiento de aquello que es lo más sutil en cada
uno de nosotros, por ejemplo, ¿podemos sentir como corre la sangre
por nuestras venas? Seguramente no. Necesitaríamos una relajación
muy profunda para sentir como corre la sangre por todo nuestro cuerpo
y esa deliciosa fricción que genera en nuestro cuerpo y es tan
deliciosa, es nuestra vida y genera un campo electromagnético.
Y así hay otros aspectos del cuerpo y de la energía que
no percibimos. Es precisamente para internarnos en esos mundos sutiles
y trabajar en ellos para lo que nos ayudan las Plantas Maestras, porque
cuando aprendemos a trabajar en esos mundos sutiles, aprendemos también
a ser menos burdos en este mundo material. Porque el Ego es burdo.
Pidamos a la Abuelita Ayahuasca, a nuestro ser y además quiero
compartir con ustedes a un Maestro que es El Águila Dorada. Hay
Maestros que son locales, otros que son regionales, hay Maestros nacionales,
Maestros continentales y hay Maestros Cósmicos. El Águila
Dorada es un Maestro Cósmico que puede trabajar con todas las
personas simultáneamente, no sólo aquí sino en
muchos lugares del mundo a la vez. Podéis invocar a este Maestro,
a este Ser y también pueden invocar a otros Maestros o a otros
Seres que ustedes tengan y pedir ver a esos Maestros o pedir ver a ese
Águila Dorada para que aparezca. Y aunque no aparezca y no lo
conozcan y aunque no lo llamen, tarde o temprano vendrá para
que sean asesorados, porque no es posible un trabajo de tipo Espiritual
donde no halla un Ser Espiritual instruyendo. Siempre es real, siempre
estará ante ti escuchando.
Hace muchos años yo decía ¿por qué no lo
puedo sentir y ver? Y alguien me decía: "Él está
haciendo todo lo posible porque lo escuches, para que le veas, porque
le sientas, pero tú estás muy dormido". El sueño
en relación con nuestra conciencia y con los estados sutiles
del Espíritu es muy profundo, no se imaginan lo profundo que
es. El Ego es muy pesado, es muy denso. Cuando está nuestra conciencia
dormida, es como consecuencia de este sueño profundo de nuestra
conciencia respecto de La Conciencia.
Algunas veces uno percibe, conoce y siente esos mundos sutiles y por
eso la mente, el ego, genera el materialismo y no cree lo que no ve
y no tiene esperanzas, se hace el "trágico", entre
comillas, y el ser humano abandona el camino Espiritual. El requisito,
el ingrediente, la sal para el camino espiritual es la esperanza. Y
el corazón de la esperanza es la fe y la esencia de la fe es
el amor. Esto no son palabras vacías y huecas sino algo que ustedes
también deben experimentar, porque es desde la experiencia que
uno sabe y es difícil transmitir la experiencia con las palabras.
Pero se puede generar una fuerza, como la fuerza y la energía
del grupo con la que vamos a trabajar ahora, para que nosotros podamos
tocar a Dios, experimentar a Dios, que nos enseñe también
acerca de la esperanza y que se nos enseñe también hoy
acerca de lo que son nuestros niveles de energía y acerca de
nuestros cuerpos. En el futuro hablaremos con más detalle de
esos cuerpos y trabajaremos con ellos.
Preguntas y respuestas
Participante anónimo: Hablas del Dios Interno y del Dios Cósmico,
¿podrías ampliar un poco?
Juan Ruiz: (cogiendo una botella de agua) Supongamos que esta botella
de agua es Dios, el Gran Océano de la Vida. Esto es Dioa, entonces
un día pasa esto (Juan se echa agua en la mano y la sacude, expandiendola
en forma de gotas). Miles de gotas se esparcieron en el Universo pero
cada una de ellas siguió siendo parte de Dios, en ese impulso
primario. Cuando se colonizó el Universo todas las gotas se expandieron
en el Universo y algunas reconocieron que había necesidad de
venir a nutrirse de la planta de energía y volver a la misión:
Cristo, Buda, Zoroastro, Lao-Tse, Quetzatcóatl, Viracocha, etc.
etc. Todos estos son gotas de agua que reconocieron su genética
divina y la necesidad de entrar nuevamente en el Gran Océano
de la Vida para poder energetizarse y entonces volvían nuevamente
a esos espacios. Pero otras gotas olvidaron regresar, olvidaron el camino
y muchos de esas gotas de agua somos nosotros. Entonces la fuerza de
esa gota de agua a través de los siglos, a través de los
milenios, de la contaminación del Ego, ha deteriorado de alguna
manera y ha cortado el Camino de regreso a casa de ese Dios, de ese
Ser de Luz en pequeñito, de ese Ángel, de ese Dios que
no está activado en el alma y en el cuerpo humano.
Entonces, así como lancé estas gotas de agua al aire,
tienen que volver a la Botella para ser fortalecidas. Este es el Dios
Cósmico (la botella de agua) y éste es el Dios Individual
(gotitas de agua).
Somos el Dios Individual, vamos al Dios Cósmico para que Él
nos nutra y después ese Dios Interior viene fortalecido, viene
sabio, viene con fuerza y claro uno puede decir, 'pero esa energía
nos dura muy poco'. No hay que decir eso, más bien, 'que bien
que tenemos algo de esa energía y la conocernos' y como decía
una persona hace poco: Que bien que todavía tengo unos veinte
o treinta años más para disfrutar de la vida , y no decir
"Sólo me quedan veinte años que lastima, quisiera
vivir mas años"
Ese es el Dios Interior que está encapsulado, pero que tiene
todos las posibilidades de activarse, de convertirse en una célula
activa. Todos nosotros somos como células de un cuerpo, pero
ese cuerpo está inerte, ese cuerpo debe activarse y ese cuerpo
debe caminar, debe moverse. Y es la forma como Dios se mueve, como Dios
camina, como Dios inaugura nuevas Eras de Luz, pero a través
de nosotros.
Karina Malpica: ¿Cómo puedo conectarme con mis guías
personales? .
Juan Ruiz: Bien en primer lugar, hay que tener esperanza. Esperanza
decimos de aquello que no se ve, pero que se sabe que existe. Sabes
que quieres conectar con tu guía y eso es una gran ganancia.
Eso es realmente una gran certeza y de pronto quizás no lo sepas
que es tu guía que se está manifestando y no sabes que
se está manifestando, porque tú quieres que se manifieste
de una manera específica y eso es importante que lo veamos, muy
importante. Dios es una unidad múltiple perfecta y se puede manifestar
tu guía a través de muchos modos variados.
El Águila Dorada tiene el poder de dar instrucciones privadas
a cada uno de ustedes y sobre un área específica. Una
lección colectiva, así como la estoy dando yo, en este
entorno, tiene ese poder porque es una unidad múltiple pero a
la vez perfecta, perfectamente constituida y diversificable también.
El trabajo de conexión con el Guía es un trabajo de aprendizaje,
es un trabajo gradual donde sus primeras manifestaciones no sólo
son internas sino también externas y las personas que están
o que llegan de alguna manera a nuestro alrededor, obviamente tienen
que ver con la influencia de la energía de nuestro ayer. Tengo
una amiga que conoce a un guía extraordinario, al Águila
Dorada, lo conoce muy bien. Un día su hija le dijo algo relacionado
con la Universidad y una reforma universitaria en algún país,
y me dijo: "Yo escuchaba atentamente, pero no eran sus palabras,
no eran las palabras de mi hija, eran las palabras de mi guía".
El guía está moviendo a mi hija y yo lo puedo reconocer."
Es otro tipo de educación que no conocemos pero sin embargo esa
educación existió y hoy empieza a existir y a ser mirada
con más claridad, a ser descubierta por las personas con las
que estoy trabajando este tipo de experiencias. Hay que tener un fin
recto, hay que estar pidiéndole a Dios la experiencia de la comunicación,
siempre tendríamos que comunicárselo y alguna vez quizás
de la manera como nosotros queremos.
Este documento es una transcripción editada de la charla pronunciada
por Juan Ruiz Naupari el 22 de octubre del 2000 en Barcelona, España
se agradece el trabajo de transcripción de la misma a Braulio
Porcel.
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