Parto Natural
En
la historia más reciente, el parto se transformó en un hecho institucionalizado,
y hasta se lo piensa como un riesgo para la mujer y su bebé. Dejó de
ser una situación natural para ser visto como una enfermedad.
En las charlas y en los cursos, hablamos del porqué y cómo se puede
volver a un parto más individual y libre.
Hablamos de la importancia de la autonomía de la embarazada y su pareja,
de darle el rol que se merece, que éste sea el rol principal y que recupere
la confianza en su propio cuerpo.
Mostramos la necesidad de esperar y de no interferir, la necesidad de
la parturienta de moverse como quiera en vez de estar boca arriba en
la cama, lo importante de la actitud de los demás y del medio ambiente,
y cómo recibir al recién nacido con el respeto que corresponde.
Maggie Hoffer, obstétrica suiza, trabajó durante 6 años en un hospital
público de Zurich, donde era lo normal preguntarle a la embarazada qué
quería ella para su parto, y realizar partos verticales y en el agua.
Una consecuencia de éste estilo de trabajo, es que las cesáreas se reducen
a un 10% y las epistomías a un 20% del total de los partos.
Además las mujeres recuperan la confianza en sí mismas y el contacto
inmediato facilita el vínculo madre-bebé y la lactancia.
El trabajo corporal durante el embarazo colabora en la posibilidad de
una experiencia "natural" e integrada a la vida.
El cuerpo cambia mucho durante el embarazo, y se va preparando de distintas
maneras para el parto. Cuanto más conozca la mujer su propio cuerpo
y acepte sus sensaciones corporales, más fácil le será saber qué necesita
(posturas, modos de respirar, ayuda, ambiente, etc) en el parto y en
el contacto con su bebé.
El autocontacto (contacto con uno mismo), es facilitador de un buen
contacto con los otros, y en esto el trabajo con el cuerpo es de gran
ayuda
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