La Kundalinî o el poder de la serpiente es una concentración de energías
divinas y primordiales cuyo despertar es la raíz y corazón del Yoga.
Antes de que la interpretación de la Biblia dotara a la serpiente
de calificativos maléficos, en la antigüedad se veía en ella encarnadas
a la fuerzas vitales y originales siniestras que podían ser creadoras
y/o destructoras. Pero sólo el hinduismo entiende que su despertar
produce un éxtasis o estado de conciencia superior.
|
Ahora que ya conocemos los chakras entenderemos mejor el significado
de la Kundalinî. Así pues la serpiente tiene su base en el primer
chakra (Mûlâdhâra) enrollada tres veces y media, cinco u ocho veces
alrededor de él. Y allí se encuentra dormida normalmente de modo que
tras obtener la apertura de los chakras puede ser despertada con técnicas
de hatha-yoga, agrupadas bajo el nombre de Kundalinî-yoga. La finalidad
del yoga Kundalinî es por tanto despertar a la serpiente y desenroscarla
dirigiéndola hasta el séptimo chakra para unir cuerpo y espíritu en
un intento de integrar los dos principios normalmente opuestos de
sexualidad y espiritualidad, fusionando sus energías dentro de un
cuerpo humano individual. Así en términos tántricos estos principios
serían shiva (el principio masculino) y shakti (el
principio femenino). |
La principal técnica para despertar a la serpiente está basada en
el Prana, fuente de toda energía, vitalidad y poder que existe
en forma de fluido en la atmósfera y que está presente en todo ser
vivo. Y la técnica concreta utiliza el prânâyâma que es la
técnica que permite dominar y dirigir la respiración hacia los puntos
vitales del cuerpo. Para realizar un prânâyâma correcto existen
cuatro requisitos. El primero es un lugar adecuado, preferiblemente
fresco y tranquilo. El segundo es el momento adecuado, idealmente
las horas que preceden al alba. El tercero es una dieta específica
así como una posición adecuada donde el cuerpo ha de estar sentado
y erguido con las manos sobre las rodillas y los ojos cerrados. Y
el cuarto es que los canales de energía (nadis) por los cuales
la respiración se introduce y se expulsa estén puros mediante unos
procesos denominados shodana.
 |
El Prana por lo tanto
circula a través de estos canales situados por todo nuestro cuerpo
astral denominados nadis. Para el recorrido de la Kundalinî
nos interesan tres nadis fundamentales. El sushummâ que corresponde al trayecto de la médula espinal en la columna vertebral.
Y el idâ y pingalâ que se enroscan entorno al primero
como las dos culebras del Caduceo de Mercurio. De modo que tras adoptar
una posición especial y detener la mente concentrándose en un punto
entre las cejas, y controlando el equilibrio entre los canales de
respiración idâ y pingalâ se crea un calor interior
que despierta la Kundalinî. Así es dirigida hacia arriba y a medida
que sus anillos se despliegan se van abriendo unas "puertas"
para permitir el acceso al canal central (sushummâ). En ese
momento el resto del cuerpo debe entonces desvitalizarse desviando
el prana de los dos canales hacia el sushummâ. Cuando
por fin la serpiente se alza se abren todos los chakras y una llama
desciende para unirse a la serpiente que se eleva hacia el Sahasrâra
chakra hasta ser absorbida por él. En ese momento nuestra conciencia
individual se une a la conciencia universal y penetra en un estado
de bienaventuranza y liberación final.
Pero la tendencia general del mortal que logra despertar a la serpiente
es que la Kundalinî no permanezca mucho tiempo en este último chakra
volviendo otra vez por el sushummâ hacia el primer chakra
para enroscarse de nuevo y volver al estado de ensueño. Sólo el verdadero
iluminado es capaz de despertarla cuando quiera y cuantas veces quiera,
y hay que decir que muy pocos yoguis logran grandes resultados, pues
muchos se pasan toda su vida intentando conseguir al menos un instante
de la Kundalinî despierta. |
La práctica concreta y explícita de la Kundalinî no se enseña así
como así, son prácticas que se transmiten a alumnos adelantados y
sólo debe practicarse bajo la dirección de un yogui experto, pues
se considera que así como la serpiente puede resultar enormemente
gratificante también es un arma poderosa y peligrosa si no se utiliza
o practica del modo adecuado.
|