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Paranormal |
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Mucho mas que una experiencia cercana
a la muerte
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Alberto salvó la vida cuando parecía haberla perdida, los cuidados y atenciones médicas fueron absolutamente magnífica y nuestro protagonista tardó unos meses en recuperarse. Estando aún en el hospital comentó a su esposa que durante la intervención había salido de su cuerpo y había visto el trabajo médico sobre su cuerpo, la intervención, la sala de espera, para al fondo ver una gran luz brillante y voces que lo llamaban, voces familiares, todo era calor, familiaridad, se sentía a gusto y se dejaba llevar – Alberto desconocía haber estado clínicamente muerto cuando esto narraba –. Algo le impulsó volver: su hijo de dos años y su esposa... Después todo fue dolor, molestias y rehabilitación. A Dios gracias que lo pudo contar. |
El relato fue narrado ampliamente al equipo de médicos y profesionales
del hospital, pero algo angustiaba a Alberto... de vez en cuando entraba
en la habitación del hospital su madre para ver como se encontraba. Hablaban
e intercambiaban confidencias... esto podría ser visto como la cosa más
normal del mundo de no ser por la circunstancia de que su madre llevaba
fallecida cinco años...
Todos creían que Alberto había quedado un poco "tocado" tras el grave
accidente e incluso él lo llegó a pensar. Debido a su larga estancia hospitalaria,
la esposa se vio en la necesidad de pedir los permisos pertinentes para
que dejaran pasar por unas horas durante la visita del día a su pequeño
hijo para que estuviera junto a su padre, ya que éste repentinamente hacía
hincapié en la necesidad de ver a su pequeño. Realmente él había sido
el cordón que le daba diariamente las fuerzas suficientes para aferrarse
a este "lado". Ese día Alberto hablaba "imaginariamente" con su madre,
cuando Juanito en brazos de su madre entró en la habitación dando una
alegre sorpresa al casi repuesto enfermo, fue entonces cuando sentado
a los pies de la cama, mirando hacía uno de los laterales de la habitación
y señalando con su pequeña mano, preguntó a su padre: "Papá, ¿quién es
esta yaya?", la impresión causada en el padre fue tremenda. "La ves, la
ves, Juan, ¿cómo es?" Y el chico, sin conocer jamás a su abuela hizo una
descripción magistral de aquel ser cuya visión estaban compartiendo, la
madre quedó estupefacta, con la mirada perdida hacía el lugar donde el
chico señaló. Ella no veía absolutamente nada. Conozco a esta familia
y aún hoy, cuando escribo esto, después de la mala experiencia pasada
con su accidente me impresiona el relato. Ambos estaban viendo a la misma
persona, escuchándola y compartiendo su presencia.
Tras ser dado de alta del hospital, las apariciones cesaron pero el Recuerdo
ahí queda. Cuando Alberto estuvo más recuperado y dado de alta en casa, pidió a su hermano que le trajera una antigua caja de lata de carne de membrillo en la que tenían guardadas las fotos de sus parientes, algunas de ellas con decenas de años, sentados a la mesa delante de Juanito, repasando las fotos una a una y cada vez que aparecía la madre de este su hijo la reconocía sin problemas gritando "¡¡¡La yaya!!! y estampando un fuerte beso en la fotografía. Estas fotos jamás las había visto el pequeño e incluso su esposa jamás las había visto todas ya que las guardaba su hermano desde la muerte de sus padres. |
No debemos tomarnos estos relatos a la ligera. Cuadros clínicos, relatos
médicos, experiencias cercanas a la muerte... Alberto sufrió el típico
cuadro de experiencia cercana a la muerte prototípica:
1. Invasión de una sensación de calma o paz interior.
2. Abandono del cuerpo, perspectiva desencarnada.
3. Sensaciones visuales y auditivas de lo que sucede a su alrededor.
4. Revisión de su vida.
5. Túnel de luz.
6. Luz grande y consoladora.
7. Familiaridad en la luz e incomparable sensación de paz y bienestar.
8. Hallazgo se seres conocidos ya fallecidos.
9. Algo que impulsa al testigo a volver al mundo de los vivos.
10. Regreso desganado y sufrimiento...
Tras una experiencia de este tipo cualquier persona sufre un importante
cambio en su vida. Nadie podrá jamás asegurar si realmente se tuvo una
cita con la muerte un inefable día o todos responde a un mecanismo desconocido
a nivel cerebral que nos lleva a algo sorprendente: la misma experiencia
en miles de personas. No sabemos si todo fue un contacto superior o con
su propia psique. Alberto perdió el miedo a la muerte e incluso no le
importaría repetir la experiencia pero sabiendo que volverá junto a los
suyos en el mundo de los vivos. "Aquella luz era lo más placentero que
he sentido jamás". Quizás cuando perdamos el miedo a la muerte podamos
comenzar a comprender este proceso mejor, mientras todos aguardamos ese
momento con mayor o menor temor pero con una certeza: ese momento llegará
y citando al Dr. Scott Rogo: "Estudiar la ECM es tarea de los vivos, no
de los moribundos". Refrendar un relato como el narrado no es tarea fácil,
por ello tengamos siempre muy en cuenta lo que las pequeñas grandes personas
de la casa tienen, a veces, que contarnos.
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