Los secretos del amor en el cerebro
NSE. MARITA CASTRO
(Asociación Educar)
El amor es una de las emociones que más ha inspirado a poetas, músicos y filósofos. Incluso ha llevado a crear leyendas, historias y películas que atrapan la atención de todos.
Quien haya estado enamorado sabe de las sensaciones que se despiertan: suspiramos, nos sonrojamos, sonreímos, aparecen las famosas «mariposas» en el estómago y vemos la vida de un modo más bello. En síntesis, el amor nos lleva por un camino con un sinfín de impresiones.
Pero, ¿cuánto dura el amor? ¿Es posible seguir enamorados por siempre? ¿Hay alguna receta para mantener la llama?
Quizas te interese leer también ¿Qué es el amor?
Estos son interrogantes que todos buscamos responder y, en los últimos años, los neurocientíficos también se han visto subyugados por esta emoción y por tratar de comprender los correlatos neurobiológicos que hacen que actuemos de un modo tan diferente cuando nos enamoramos.
Entre las más recientes investigaciones sobre cómo el amor cambia el funcionamiento de nuestro cerebro se encuentra la liderada por Hongwen Song, neurocientífico de la Southwest University, en Chongqing, China.
Song y su equipo observaron a través de una resonancia magnética funcional la actividad cerebral de 100 estudiantes universitarios, quienes habían sido divididos en tres grupos:
Los enamorados;
Los que estaban solos;
Los que habían dejado de estar enamorados.
El procedimiento era sencillo. Los alumnos debían intentar mantener la mente en blanco, mientras los investigadores observaban sus cerebros.
La consigna de no pensar en nada era adrede para poder hacer un cambio con respecto a estudios anteriores, en donde se les mostraba a los voluntarios fotos de las parejas y ahí se veía la actividad que esto generaba.
secretos amor.
Los resultados revelaron que en las personas con pareja aún cuando ponían su mente en blanco se encontraban activas varias áreas, entre las que se pueden destacar la corteza cingulada anterior, el núcleo caudado, el núcleo accumbens y la ínsula.
Todas vinculadas con la recompensa, la motivación y la regulación emocional.
Además encontraron mayor conectividad en una red cerebral asociada con la cognición social (zona de unión temporoparietal, área cingulada posterior, corteza prefrontal medial, precuneus y circunvolución parietal inferior).
Para los investigadores, el aumento de actividad y conexión entre estas regiones puede mostrar el esfuerzo que significa para el cerebro la gestión de las emociones y encontrar modos de prevenir y resolver situaciones o conflictos que se presentan en la vida de relación en pos de que el estado de enamoramiento dure más tiempo.
Quizás te interese leer también: Del enamoramiento al amor consciente
Otros trabajos como los de la Universidad de Syracuse (EEUU) también llegaron a la conclusión de que el amor ayuda al cerebro a procesar la información más rápidamente.
En el caso de los jóvenes que habían dejado de estar enamorados se pudo observar una notable menor actividad en las áreas citadas anteriormente, y aun más en el núcleo caudado, una zona asociada con la detección de recompensas y la expectativa.
En investigaciones anteriores, entre las que se puede nombrar las de la antropóloga Hellen Fisher, se observa en el cerebro enamorado una gran actividad del circuito de recompensa cerebral, una vía dopaminérgica que parte del área tegmental ventral, pasa por el núcleo accumbens y llega hasta la corteza prefrontal.
El circuito de recompensa es el que despierta nuestro deseo de estar con la otra persona, y por ello se dice que el amor es tan parecido a una adicción.
Quizás te interese leer también: Amo demasiado ¿estaré intoxicado de amor?
Además, en su primera fase, esta emoción aumenta los niveles de epinefrina y norepinefrina (adrenalina y noradrenalina), que unidas a la dopamina nos dan esa energía y euforia tan característica. No importa dónde viva la persona amada, nada es demasiado lejos para quien ha sido flechado por Cupido.
Las conexiones existentes entre la corteza cingular anterior y el núcleo accumbens son las que llevan a que la atención se centre tan fuertemente en la persona que nos ha cautivado, mientras la obsesión se debe a la hiperactividad de núcleo caudado, el cual nos hace pensar una y otra vez en ella.
sistema
Por su parte, los abrazos y besos hacen que la oxitocina, una hormona relacionada con el vínculo, se libere y prefiramos la voz de nuestra pareja entre cualquier otra.
Quizás te interese leer también: Abraza con amor .
Sin lugar a dudas, el cerebro enamorado sufre cambios que nos llevan a sentir ?si somos correspondidos? un gran momento de nuestras vidas.
Sin embargo, el paso del tiempo hace que muchas de las modificaciones vayan disminuyendo. Entonces comenzamos a ver cosas de nuestro ser amado que no nos resultan tan interesantes o directamente poco atractivas.
Es como que la biología primero nos pone en un estado de embriaguez y luego parece decir “hasta acá llegamos” y nos suelta la mano al darnos menor cantidad de aquellas anteriores sustancias adictivas.
Sin embargo, en este «momento» tan especial debemos empezar a conocer sin los efectos del coctel inicial a la persona amada en toda su dimensión y realmente comenzamos a comprometernos con el otro.
No obstante, por más que sepamos sobre la neurobiología del amor, nunca dejaremos de sentir la increíble magia de esta emoción.
Lo que podemos aprovechar al conocer sobre la misma es a estar preparados para la etapa en donde los químicos bajan.
Y si bien no existen recetas mágicas, es posible que conociendo qué sucede en nuestro cerebro podamos buscar el modo de ser los responsables de poner cada día los ingredientes necesarios para disfrutar de una fascinante vida de a dos.
Quizás te interese leer también: Tres formas de dar amor verdadero
Principales neurotransmisores involucrados en el proceso de enamoramiento:
Oxitocina;
Endorfinas;
Dopamina;
Noradrenalina;
Serotonina.
¿Qué actividades los liberan?
Tiempo compartido;
Besos;
Caricias;
Pensar en el otro;
Decir cosas lindas.
Con el paso del tiempo nos acostumbramos a que el otro esté a nuestro lado y consideramos que hay otras cosas urgentes a las que prestarle más atención.
Y a la par no nos dejamos tiempo para hablar de cosas que nos unen, y en cambio sí nos dedicamos a discutir hechos que nos alejan. Pensar en cosas buenas de nuestra pareja y decírselo es un acto de amor.
Lee también: amar y dejarse amar
Algunas ideas:
Si bien sentirnos seguros al lado del otro es maravilloso, cierto nivel de adrenalina y nor-adrenalina son necesarios, ya que nos ponen en acción y nos sacan de nuestra zona de seguridad.
Actividades compartidas como una película de terror o ir a la montaña rusa nos hace sentir cierta sensación de peligro donde abrazarnos al otro es una necesidad y un disfrute.
Aprender un baile, un deporte, juegos recreativos al aire libre (andar en bicicleta, caminatas) suman también una buena dosis de endorfinas y tiempo juntos.
Los amados se miran a los ojos, lo que muestra conexión y estar unidos al otro, algo que dejamos de hacer.
Reírnos es otra expresión que nos une y hace que asociemos en nuestra memoria emocional el placer de estar juntos.
Lo maravilloso de conocer sobre nuestra biología es que podemos no dejar solo en sus manos algo tan importante como lo es la vida en pareja.
De este modo nos daremos cuenta de que cada día podemos ser nosotros somos quienes debemos dedicar un poco de nuestra atención a preguntarnos si estamos poniendo los ingredientes y condimentos necesarios para crecer, aprender, disfrutar y enfrentar también los desafíos que significan construir una vida de a dos, o tener la receta a mano para no olvidarnos.