Los Familiares seres mágicos de las islas canarias

Estos diminutos seres llamados Familiares, no son conocidos en todas las Islas Canarias, pero en algunas saben muy bien de quienes se trata. Yo los comparo con los clásicos duendes que habitan en las casas y ayudan a los humanos, siempre que seas su dueño y señor ya que estos pequeñajos existen solo para obedecer a quien lo posea.
Pero vayamos al asunto y conozcamos a estos
granujillas que dicen que son como pequeños demonios.
Cuenta la tradición popular que para obtener los favores de estos pequeñajos era necesario pasar por una serie de difíciles pruebas, supongo que se referirá a lo clásico, buscar a la persona que se dedicase a esos menesteres brujeriles, e inmiscuirse en sus creencias, pero eso sí, que no se enterase nadie, pues de seguro que si llegaba a oídos de la autoridad lo más probable es que fuera presa de un «auto de fe», de esos que les encantaba celebrar a la santa inquisición.
Una vez que eras dueño y amo de un Familiar había que cuidarlo, y alimentarlo muy bien para que no se enfadase y sobre todo tener mucho cuidado de que no se escapara, pues a saber lo que seria capaz de hacer este personajillo libre y sin amo que lo mandase.
A los Familiares se les podía obtener de varias maneras, o bien capturándolos o formar uno, o sea hacerlo. Para ello había que recolectar helecho, y juntar tres granos de esta planta, pero como he dicho anteriormente esto solo lo podía hacer una persona conocedora de las artes mágicas.
La relación de un Familiar con su dueño es de vasallaje, amo – esclavo, éste siempre obedecerá y cumplirá hasta el más mínimo capricho de su dueño.
En algunas islas se dieron varios casos de procesos inquisitoriales a algunas personas que fueron juzgadas por poseer alguno de éstos seres bajo su protección recopilados por el investigiador y escritor canario F. Fajardo Spínola.
Conozcamos alguno de estos casos:
Uno de ellos está fechado en el año 1570, acaecido en la Isla de La Gomera; se aseguraba que una mujer tenía encerrado uno de estos Familiares, en el interior de un anillo, que siempre llevaba puesto. Imagínense las dimensiones del pequeño personajillo para caber sin problemas en un «anillo de la época». Pienso que el anillo tendría una pequeña tapa porque recordemos que había que tenerle cuidado para que no se escapara.
En la mísma Isla de La Gomera, un testigo acusó a una mujer, de poseer un jarro en el que vió unas cosas vivas, vio que unas subían y otras bajaban, y que eran de un color verde oscuro unas y verde mas claro otras, y que decía que eran Familiares.
También hubo otro caso, el de Ana de la Cruz, mujer mulata, que fué procesada por bruja en 1690. En su proceso ella explicó el extraño procedimiento para obtener uno de estos pequeños seres. Según su propio testimonio, ella recogía raíces de helecho, y que una vez juntados los granos aparecía un Familiar, al que luego mandaba y le acompañaba a todas partes.
En La Laguna (Tenerife) también hubo un vecio al que todos conocían muy bién y el que también tenía un Familiar. Juan de Ascanio era alguien, que decían, que tenía uno de estos seres encerrado en una caja. Pero su mujer que era muy curiosa, en una ocasión hubo de abrir la caja, y en ese momento el Familiar que había dentro aprovechó y dando un salto salió corriendo sin que nunca más se supiera de él.
Y así cuentan que eran estos diminutos diablillos, y claro para el que lo poseia era una maravilla, pues se sentía protegido y con un inmenso poder.