Pensar positivo para ser longevo
¿El secreto contra el envejecimiento? Aprender a pensar positivo
El pensamiento positivo alarga la vida, según científicos estadounidenses.
De acuerdo a investigadores de la Universidad de Yale, en Connecticut, la gente que ve con optimismo su proceso de envejecimiento vive mucho más que los que se quejan todo el tiempo por su futuro.
La investigación sugiere que el que se siente mal porque se está poniendo viejo acelera justamente el proceso de envejecimiento.
En contraste, una actitud positiva agregará más años a la vida que el simple hecho de no fumar o hacer ejercicios de manera regular.
Un grupo de psicólogos estadounidenses encontró que la gente con pensamiento positivo vivió un promedio de 7,5 años más que aquellos que se sentían mal por haberse puesto viejos.
De esta forma creen que los pensamientos negativos sobre el proceso de envejecimiento tienen un impacto directo en el deseo de vivir.
Los investigadores de la Universidad de Yale, encabezados por la doctora Becca Levy, afirman que los efectos de una actitud positiva frente al envejecimiento tienen más peso que aspectos fisiológicos como baja presión o colesterol, factores que suman un mínimo de cuatro años a la vida de un anciano.
Los efectos son incluso mucho más pronunciados que factores tales como mantener bajo peso, no fumar, y hacer ejercicios, aspectos que se cree agregan unos tres años de vida cada uno.
Los psicólogos estudiaron la información aportada por 660 voluntarios mayores de 50 años.
Las muertes entre los participantes fueron comparadas con sus respuestas a varios cuestionarios hechos 23 años antes.
Se les preguntó si estaban de acuerdo o en desacuerdo con afirmaciones tales como: «si eres más viejo eres menos útil».
El equipo de la doctora Levy cree que el absoluto deseo de vivir explica parcialmente el vínculo entre mente positiva y longevidad. En todo caso, piensan que no es la única razón.
Stress
También creen que otro factor es el efecto del stress en el corazón.
Según la Dra. Levy, el estudio lleva dos mensajes. «El descorazonador, es decir, la auto percepción negativa puede disminuir la expectativa de vida».
«El prometedor, o sea, que la auto percepción positiva puede prolongarla».
¿Cómo aprender a pensar en positivo?
Quien piensa positivo, muestra mejor capacidad de flexibilidad y de adaptación a los cambios de las exigencias cotidianas: “Estas actitudes influyen y permeabilizan todas las otras dimensiones existenciales.
De hecho las actitudes positivas permiten atenuar los estados de stress, debido a los eventos desfavorables (como lutos, pérdidas, precariedad y enfermedades) y hacer frente a la adversidad, acudiendo a los recursos personales (la llamada “resiliencia”)” explica José Alfredo Iannoccari, presidente di Assomensana. “Un gesto positivo y favorable ayuda a alargar la vida» .
Hay 7 simples pasos:
1º- Es importante estar dispuestos a cambiar la actitud mental.
2º- Está bien aprender a pararse y detenerse a ver cuanto de positivo nos llega del externo: “Ojeando una revista o un periódico, se debe elegir leer las noticias de carácter positivo (como búsquedas sobre la salud, eventos positivos y vivencias de final feliz) en lugar de elegir noticias de crónica o política”.
3º- Al final de la jornada, es aconsejable pensar en dos eventos positivos vividos o a los cuales se ha asistido a lo largo del día.
4º- 3 veces cada día hay que hacer ejercicios de mímica facial sonriendo 7 veces, en cuanto la musculatura de la cara revela la sonrisa, se envía una señal al cerebro que remite a esquemas automáticos referidos a situaciones plancenteras.
5º- Es muy beneficiosa la respiración: respirar profundamente con el diafragma (manteniendo quieta la caja toráxica e inflando y desinflando sólo la panza), por dos minutos dos veces al día, esto tiene como objetivo ser un ejercicio relajante.
6º- Interacción social: está bien encontrar ocupaciones que permitan estar con otras personas, con las cuales compartir objetivos comunes.
7º- Regla de oro: cuando se charla, hay que evitar al máximo posible expresiones negativas, desvalorizando y que llevan lamentaciones (no, no puedo, ninguno, nunca, etc), prefiriendo, los términos que abren posibilidades (quizás, me gustaría,etc).