Saber aceptar un No
Aprender a aceptar un «No» es tan importante como saber cuándo decirlo. La vida está llena de situaciones en las que tenemos que renunciar a nuestros deseos porque no es posible alcanzarlos. Aceptar este hecho nos permite crecer.
Se ha hablado mucho sobre la importancia de decir «No», pero poco sobre la importancia de saber aceptar un «No». Decir «No» es tan importante cuando se sabe cómo aceptarlo. En la vida hay sueños y deseos que, inevitablemente, se nos niegan. Entonces, si nos resulta difícil aceptar un «No», la vida podría ser más complicada de lo que ya es.
La fase de la vida en la que nos resulta más difícil aceptar un «No» es la infancia. Esto es normal porque como niños tendemos a ser extremadamente egocéntricos. La capacidad de ver las cosas desde un punto de vista colectivo se desarrolla con el tiempo, siempre que la educación recibida de nuestros padres nos haya ayudado a desarrollar esa capacidad.
Aceptar un «No» nos pone por delante de nuestros límites y esto, en general, nos causa sensaciones desagradables. En estos casos, el «No» se opone a nuestros deseos y esto nos causa cierta frustración. Estas situaciones no son negativas en sí mismas, son parte del curso natural de la vida y debemos aceptarlas.
“Los límites nos definen. Definen lo que somos y lo que no somos. Nos muestran dónde terminamos y dónde comienza otra persona «.
-Henry Cloud-

Saber aceptar un «No»
Todos somos conscientes de que hay diferentes tipos de «No». Algunos, por ejemplo, son temporales, mientras que otros son definitivos. Del mismo modo, algunos implican renuncias que no son relevantes y otros nos obligan a renunciar a algo que valoramos, amamos o necesitamos mucho. Todo ser humano tiene que enfrentar varios tipos de «No» durante su vida.
A veces, el «No» es directo, como cuando pedimos algo que se niega de inmediato. En otros casos, esta palabra no se usa claramente, pero son los hechos los que nos hacen entender que esa cosa nos es negada y que debemos posponer o renunciar a lo que queríamos. Del mismo modo, hay «No» implícitos que se comunican a través de gestos de rechazo o aprensión.
Por supuesto, aceptamos más fácilmente un «No» cuando sabemos que el rechazo es temporal o si el objeto del deseo no era realmente importante para nosotros. Sin embargo, puede ser difícil para algunas personas aceptar este desperdicio aparentemente insignificante. Para la mayoría de las personas, la dificultad surge cuando el rechazo es definitivo o relevante. Pero entonces, ¿por qué es importante saber cómo aceptar un «No»?
Aprenda cómo aceptar un «No» de otros
Algunas veces un «No» viene de afuera. Por ejemplo, cuando no ha sido aceptado para un trabajo, para un proyecto, para la universidad, para una promoción u otro. O de personas cercanas a nosotros que dicen: «¡No me toques!», «¡No quiero continuar esta relación !» o «No fuiste invitado a la fiesta».
Esta negación nos muestra una realidad que, a veces, nos cuesta mucho aceptar: otros no necesariamente tienen que ocuparse de nuestras necesidades, nuestras expectativas o nuestros deseos. No estoy allí para hacer nuestra vida más fácil. Tienen todo el derecho de poner límites a las situaciones que los involucran.
En general, la dificultad para aceptar esos «No» surge del hecho de que no podemos reconocer los límites existentes entre nosotros y los demás.
Interactuar con otros no significa que siempre podamos obtener algo de ellos. Evolucionamos más cuando aprendemos a aceptar un «No», ya sea explícito o implícito.

El «no» de la vida
El «No» de la vida es mucho más fuerte e inapelable. Desde el momento en que nacemos se nos dan muchas posibilidades y se nos niegan muchas otras. Las limitaciones son parte de la vida y los padres que quieren ocultarnos esta realidad no nos ayudan.
No nos hacemos fuertes cuando no nos imponen límites, pero si cuando aprendemos a reconocerlos, aceptarlos y enfrentarlos. Hay muchas cosas por las que tendremos que esperar o luchar, o simplemente nunca conseguirlas. Desesperar o negar que existen límites es una forma incorrecta de lidiar con sus consecuencias.
Seremos mucho más fuertes y felices cuando aprendamos a aceptar el «No» de la vida. De lo contrario, solo aumentaremos nuestra frustración y terminaremos distorsionando o evadiendo nuestros deseos más auténticos. De esta manera viviremos una vida imposible en lugar de la posible.