Somos tierra, somos agua, somos aire, somos fuego…

Hoy nuestra madre tierra respira y nos da una gran lección.

Nos muestra que ella como ser vivo e inteligente es creadora de su propio habitat, con la capacidad de recrearse a si misma.

Y reinventar su entorno con o sin la ayuda de la presencia humana.

Nos enseña que la felicidad no llega cuando tenemos lo que deseamos, sino cuando disfrutamos de lo que tenemos.

Porque la tierra no es de nosotros, nosotros somos de la tierra.

Un renacimiento que amorosamente nos invita a florecer por dentro y asi obtener la claridad y la fortaleza para evolucionar en una nueva oportunidad que vivir en ella.

Si embargo nuestros siguientes pasos deberán ser dados respetando, honrando, cuidando y amando a nuestra madre naturaleza.

Quien con su sabiduria y bondad nos provee de todo lo necesario para vivir en equilibrio.

No olvidemos que la verdadera medicina está en la naturaleza. Y que el poder más grande para sanar es el amor.

Mostremos a nuestros niños, que el equilibrio es el principio supremos de todo, y la cosecha futura dependerá de lo que sembremos hoy en ellos.

Es tiempo de preguntarnos ¿cuáles son las huellas que deja mis acciones hoy?

Seamos parte de este movimiento de conciencia, de amor hacia nuestro planeta, a la humanidad, a la vida.

Recordemos que no somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual, somos espíritu viviendo una experiencia humana.

Así que hoy ríe, canta, danza, juega, sueña, perdona, ama cada segundo de cada momento que vivas.

Silenciando nuestro ego el poder se elevará, es tiempo de despertar .
Somos uno

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