Portal 11-11: tres rituales para conectar con el Universo
En el día más mágico del año, hechizos para abrir la energía, encontrar un buen amor y deshacernos de las malas vibras .
Este Portal 11-11 es el día más mágico del año, una jornada en la que el mundo terrenal y etéreo se unen en sincronicidad con el Universo para convertir milagros. Es una ocasión perfecta para dejar de lado nuestro ego, amigarnos con nuestro ser espiritual y vibrar con la energía del Cosmos.
Para la numerología, el 11 es considerado un número maestro, una cifra especial que se conecta con la percepción, la empatía, la magia, los ángeles y la abundancia de oportunidades. Es un número que, también, nos otorga fuerza, poder mental y físico, y la capacidad de abrir nuestra conciencia.
Además, no debemos olvidar la energía escorpiana que se impone estos días. Una fuerza que confronta opuestos, que es intuitiva y que nos brinda la capacidad de ver lo escondido, lo que está más allá de lo aparente, para poder comprenderlo en su totalidad.
Entonces, qué mejor que aprovechar esta mágica conjunción para realizar algunos rituales y sacar ventaja de todo su poder espiritual.
Rito para abrir la energía y conectar con el Cosmos
Para este ritual necesitamos estar relajados y cómodos. Primero, ponemos una copa llena de agua con miel frente a nosotros. Al lado, colocamos un pequeño recipiente con canela o azucar. Finalmente, ponemos unas gotas de nuestro perfume favorito sobre una vela blanca y la encendemos.
Mientras la vela arde, visualizamos todo lo que deseamos lograr desde este 11-11 hasta el 11-11 del año próximo. Cuantos más detalles imaginemos en todo lo que deseamos concretar, más fuerte será el ritual. Eso sí, siempre debemos hacerlo desde lo mejor de nosotros, sin envidiar a otras personas ni deseándoles nada negativo.
Finalmente, escribimos todo lo que visualizamos en un papel blanco y lo colocamos al lado de la vela. Una vez que ésta termina de quemarse, le agradecemos al Universo todo lo que nos da y nos dará de aquí en adelante; volcamos el agua de la copa en una maceta (o en la cocina y dejamos la canilla abierta para se se vaya), esparcimos la canela o el azucar también sobre un espacio con tierra y guardamos el papel en un lugar cercano y accesible hasta dentro de un año.
Meditación para el amor
Para todos los que quieran encontrar un buen amor -o resolver los problemas que tienen con su actual pareja-, este es un día ideal. Es que al unir toda la vibración empática que nos trae el 11-11 con la fuerza de «desocultamiento» de Escorpio el ambiente gana una magia única.
En este caso, lo que debemos hacer es acomodarnos en un lugar cómodo, poner un sahumerio, una esencia que nos guste o perfumar el ambiente para crear n espacio sensorial agradable.
Este 11-11 es un día ideal para pedir un buen amor.
Prendemos una vela blanca que iluminará nuestra meditación y comenzamos el rito con esta frase: «El Universo se encargará de acercarme a la mejor persona para mí. Con todo su poder me dará la claridad justa para establecer un vínculo sano y amoroso y, así, poder retribuirle toda su generosidad. Gracias, gracias, gracias».
Luego, debemos imaginarnos a esa persona (a la que podemos conocer o no) junto a nosotros, en situaciones relajadas, agradables, en hermosos entornos (playas, bosques), riendo, caminando juntos. Si es posible, extender esta visualización -o, al menos, quedarnos relajados en la habitación- hasta que la vela se apague. Una vez que se haya apagado, volver a decir «gracias, gracias, gracias».
Hechizo para deshacernos de las malas vibras
A veces nos sentimos cansados, trabados, como que nos cuesta mucho avanzar y poder concretar proyectos. Y no hay ningún motivo aparente. Esto puede ser resultado de algunas «energías oscuras o pesadas» que nos rodean.
Para eliminarlas, este 11-11 es perfecto, sólo basta un simple ritual de limpieza. Primero, lo ideal es terminar la ducha con un baño de romero o laurel.
¿Cómo se hace? Hervimos dos ramitas de romero o dos hojas de laurel durante 5 minutos en medio litro de agua. Lo dejamos enfriar y cuando cerramos la ducha lo tiramos, tibio, sobre nuestro cuerpo, del cuello hacia abajo, y no nos enjuagamos.
Luego, descalzos, caminamos por la habitación en el sentido de las agujas del reloj. Damos tres vueltas imaginándonos rodeados de una luz blanca. Cuando nos detenemos, le agradecemos al Universo todo lo bueno que nos da y le pedimos que aleje todo lo negativo que nos rodea y nos afecta para poder avanzar en bondad y felicidad. Terminamos el pedido, como siempre, diciendo «gracias, gracias, gracias».